El salón de actos del Ayuntamiento de Cangas de Onís se quedó ayer pequeño para acoger a las decenas de personas que participaron en el homenaje que el Consistorio brindó a Ignacio Echeverría, el joven con raíces canguesas asesinado por terroristas islámicos en Londres el pasado 3 de junio cuando volvía de patinar con unos amigos. Los asistentes, entre los que se encontraban varios familiares de la víctima, participaron en una marcha silenciosa hasta las inmediaciones de la piscina municipal canguesa, donde se descubrió una placa en memoria de Echeverría al son de la gaita de Jesús Gómez y donde se realizó una suelta de cuarenta palomas para simbolizar el deseo de vivir en paz.

Durante el acto institucional, los tíos de Ignacio, Enrique, Juan y Aida Echeverría, tuvieron palabras de agradecimiento para la Corporación municipal y los vecinos de Cangas de Onís, lugar en el que su padre, Enrique, fue profesor y director del Instituto Rey Pelayo durante cerca de dos décadas. "Es la primera vez que me dirijo a la gente, a ver si soy capaz", dijo Juan, visiblemente emocionado, antes de resaltar las virtudes de su sobrino. "Ignacio fue un héroe y yo le voy a recordar como era: buenísimo, cariñoso", subrayó. "En cuanto a nuestra presencia en Cangas, fueron los mejores años de mi vida y cuando vengo desde Oviedo, donde resido, al llegar a Prestín, donde viví once años, ya me siento como en casa", dijo.

El tío de Echeverría resaltó la presencia en el acto del alcalde de Amieva, José Félix Fernández, primo de su mujer, Maite Fernández. "A Ignacio le encantaba venir a comer a Sames, donde tenemos casa, en Semana Santa o en Navidades, y hacía de perfecto canguro con sus sobrinos. Era un enamorado de Asturias y nunca se perdía la fiesta de las Piraguas", señaló Maite Fernández, que excusó la presencia de los padres del fallecido. "Están muy agradecidos con este reconocimiento pero tenían que arreglar papeles en Londres", contó.

El acto fue presentado por Ángel Lueje, quien vaticinó que el ejemplo de Ignacio servirá como modelo para las generaciones venideras. Su opinión la compartía la diputada Marifé Gómez, que calificó al homenajeado como un ser humano extraordinario, jovial, metódico, íntegro y solidario. "Nos dejaste un mensaje claro, aún desde el dolor profundo: el de no doblegarnos, no abandonar nuestros valores cediendo al miedo, no rendirnos ante la tiranía, y rechazar el vivir amedrentados", enumeró.

En el multitudinario reconocimiento póstumo a Echeverría, que estudió Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y trabajaba en Londres como especialista en prevención de blanqueo de capitales, también participó el alcalde cangués, José Manuel González. "Ejemplos como el de Ignacio merecen ser recordador para guiar a todas las generaciones en la necesaria búsqueda de un mundo más justo en el que no tenga cabida la violencia", defendió.

"Pese al dolor de la familia, al que todos nos sumamos, el recuerdo de Ignacio permanecerá vivo y con el deseo de que no se vuelvan a repetir estas tragedias", concluyó González.