El mercado de artesanía promovido por el bando llanisco de La Magdalena, que este año cumple su decimoquinta edición, no para de crecer. Este año cuenta con más de ochenta puestos, una cifra superior a la de ediciones anteriores, y la afluencia en el estreno de ayer por la mañana fue muy satisfactoria.

El sol salió en Llanes y fueron muchos los que eligieron a primera hora la playa, algo que destacaba Rafa Romero, presidente del bando: "pensé que vendría menos gente", explicó desde el bar del mercado, regentado por el propio bando.

En total son unas veinte personas entre miembros de la comisión y "satélites" los que este fin de semana están sacando adelante una de las citas clásicas del verano llanisco. Las principales calles del centro histórico de la villa cuentan con puestos de todo tipo: talla en piedra como la de Belén Alonso, la sidra dulce que elabora Antonio Rozalén o la artesanía en taracea (una técnica ornamental que consiste en la incrustación de pequeños trozos de madera, nácar, hueso u otros materiales en un objeto de madera), que regenta José Miguel Beneyto. No falta la comida ni la ropa, las actuaciones musicales en directo ni los paseos en burro, demandados entre los pequeños, para una excelente opción de la que hoy disfrutarán los vecinos y los visitantes de la villa llanisca.