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Más de 50 vecinos de Niembru respaldan el cierre del parking "ilegal" de Toranda

La decisión del Principado de no autorizar el aparcamiento de la playa suma partidarios y detractores tanto entre los vecinos como entre los visitantes

Más de 50 vecinos de Niembru respaldan el cierre del parking "ilegal" de Toranda EMILIO G. CEA

Una profunda división se ha abierto en el pueblo de Niembru, en Llanes. Una parte del vecindario, con la junta vecinal al frente, quiere recuperar el aparcamiento de la playa de Toranda y ha recurrido su cierre, ordenado por el Principado, mientras que otra lo prefiere como ahora está, cerrado, al considerarlo ilegal y causante de los graves problemas de tráfico que ha padecido la localidad durante años.

Si bien en el último conceyu público los partidarios de recuperar el parking de Toranda ganaron por 28 votos contra 3, los contrarios destacan la mayoría calla porque "no quiere líos" y no fue al conceyu. Esgrimen que 52 vecinos suscribieron hace tres años un escrito de rechazo al parking de Toranda y lo presentaron año tras año a la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA), hasta que ahora se les ha hecho caso.

Aseguran que el parking fue una ilegalidad "consentida" durante más de veinte años, pues Toranda es una playa reconocida como natural, y como tal no puede tener parkings a menos de 500 metros. Añaden que la solución adoptada este año -la junta vecinal gestiona un parking situado a un kilómetro de la playa- es la que llevaban años proponiendo. "La ley está por encima de lo que quieran los pueblos. Si mañana los vecinos de Oviedo decidieran tirar la catedral no podrían hacerlo, porque es ilegal y porque no es suya", señaló un vecino.

Entre los visitantes también hay división de opiniones. El navarro Juan Zudaire, asiduo de Toranda y Torimbia, ve con buenos ojos la medida de sacar a los coches del entorno de los arenales. "Veo el paseo como un elemento más de ocio del día de playa que como un castigo", señaló.

Los gijoneses Juan Álvarez y Carmen Telendi no entienden por qué hasta ahora se dejó aparcar junto al arenal y este año no. "¿Ha sido ilegal el aparcamiento durante veinte años?", se preguntaban. Creen que el aparcamiento de Toranda "en nada perjudicaba a la playa ni a su entorno pues era temporal". Valoraron la posibilidad de irse a Barru, a Vega o a San Antolín, "pero al final hemos vuelto. Nos gusta esta playa y su entorno", señalaron.

Los malagueños Teresa Alcalá Antonio Burgos, Elena López, visitaban Niembru por primera vez junto a su hijo, Antonio y la pareja de éste, Elena López. "No nos importa caminar un poco para ir a la playa. Venimos equipados", señalaron. "El pueblo parece muy bonito y no nos importa pasear entre las casas para ir a la playa", indicó López.

Rosabel Diez, bilbaína habitual de Toranda, cree que el aparcamiento disuasorio está lejos de la playa. "Me gustaba más como estaba antes. Era más cómodo y creo que todo estaba más ordenado. El aparcamiento de Toranda era muy discreto y tenía un impacto nulo", señaló.

Mercedes Bernaldo de Quirós, habitual de Toranda, se enteró por conocidos que este año no se podía aparcar junto a la playa y en un primer momento no le gustó la medida. Ayer ya no le importaba tanto: "vine también el domingo y me da la impresión de que la playa está más tranquila y hay menos gente", aseguró.

Los madrileños Alberto Castro y Begoña Pérez mostraron su desazón con la nueva medida y la falta de información acerca de la prohibición de aparcar en Toranda. No vieron la señal de prohibido el paso y les pusieron una multa de 200 euros. "Hay línea amarilla por todos los lados, lo cual nos parece muy bien, pero ningún cartel. En las actuales condiciones de acceso una persona con problemas de movilidad, ya no puede venir aquí", añadieron.

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