Heroicidad. Esa es la palabra que define el suceso que protagonizó Adrián Rodríguez, un joven madrileño que recorriendo el Camino de Santiago se encontraba realizando una pausa en Ribadesella, en casa de unos amigos. Fue el pasado viernes 14 de julio, en aguas del río Sella a la altura del puente. De pronto, el peregrino vio revuelo en el puente, motivado por algo extraño que bajaba por el río: resultó ser una cachorra de gata, de color blanco, que se iba a ahogar.

No se lo pensó dos veces el peregrino, que rápidamente se quitó sus ropas y se lanzó al agua para rescatar al animal. Nadando, consiguió salvarle la vida a la cría, y ya con ella ensus manos volvió a tierra por el dique del puerto deportivo. Allí fue recibido por su pareja, una mujer de origen tinerfeño y de nombre Esther Antelo que estaba preparada para secar a ambos. Adrián Rodríguez fue recibido con aplausos por los presentes, que alabaron su valiente gesto.

La gata fue acogida en principio en la cada de una pareja riosellana. En las primeras horas de estancia en su nuevo hogar, le quitaron la humedad al animal con un secador de mano y, ya recuperada de la hipotermia y el agotamiento, comió con ganas y durmió plácidamente. Se cree que el animal pudo ser lanzado al río desde mucho más arriba de Ribadesella, ya que estaba agotada de nadar para mantenerse a flote.