Ángel Cardín Toraño es licenciado en Económicas, Sociología y Demografía y ha sido profesor universitario en Madrid y en Santiago de Compostela. Mañana impartirá la conferencia "El azabache como amuleto en el Camino de Santiago" en la Casa municipal de Cultura de Ribadesella en el marco de la segunda feria monográfica que estará en el Paseo Reina Letizia desde hoy hasta el domingo.
- ¿Es la riosellana tierra de azabache?
-Sí, está incluida en la llamada Costa Jurásica, que es la misma que la costa del azabache. Son zonas con infiltraciones y lo interesante sería abrir una mina para conseguir material. Hay treinta o cuarenta artesanos azabacheros maravillosos en Asturias, que acuden a ferias como la que empieza hoy en Ribadesella, y que tienen muy poca materia prima.
- De contar con más material, ¿existirían más artesanos azabacheros?
-Azabacheros ya hay suficientes, hay buenos artesanos trabajando prácticamente en todas las zonas de Asturias. Lo que necesitan es tener quien les compre las piezas y quien valore su trabajo.
- ¿Echa en falta un mayor impulso institucional y político a este recurso?
-Sí, debería reconocerse como lo más asturiano que hay, la del azabache es la mina más prolongada en el mundo. Etnográficamente hablando no hay otra cosa que se haya sostenido durante tanto tiempo, 19.000 años que sepamos. No tenemos tantas cosas únicas y maravillosas como esta y hay que empujarla, dejarse de bromas y darle el tratamiento que se merece. Los ayuntamientos, por ejemplo, cuando dieran premios, deberían estar hechos en plata y azabache.
- ¿Qué papel jugó como amuleto en el Camino de Santiago?
-El gran "boom" de su producción, artesanía y reconocimiento se produce durante cuatrocientos años del Camino de Santiago. En esta ciudad había importantes talleres que elaboraban piezas de prestigio para nobles y curia, pero en Villaviciosa y Gijón un centenar de artesanos trabajaron durante esos siglos para la formidable demanda de millones de pequeñas piezas que querían los peregrinos. Así que la consagración para siempre del azabache como piedra mágica y protectora, por encima de otro cualquier amuleto, se debió al Camino de Santiago. Era lo más potente contra el mal de ojo y la Iglesia, contraria a estas cosas, permitió siempre el azabache. Es muy importante para la historia de Asturias.
- ¿Qué pasó después de este boom jacobeo?
-Después del hundimiento de la peregrinación, en el siglo XIX, la artesanía y minería de Asturias se reconvirtieron trabajando especialmente para el noroeste de la Península y posteriormente para la demanda americana de las comunidades gallegas y asturianas de diversos países de ultramar. También vivió un curioso "renacimiento" de su minería durante cuarenta años, de 1870 a 1910, por una explotación sin precedentes para Inglaterra que, durante esos años de viudedad de la reina Victoria, impuso en su corte el azabache como joya absoluta.
- Además de la escasez de materia prima y de la falta de apoyo, ¿qué problemas enfrenta hoy esta artesanía?
-La artesanía azabachera está viva, pero con los mismos graves problemas que otras: poco reconocimiento y valoración, competencia desleal de productos falsamente artesanales, lo complejo del oficio y todo ello agravado por la escasez del material. Pero Asturias debe conservar con mimo este importante referente cultural y etnográfico único. Parece cómico que tenga que venir un gallego (así me llaman, soy piloñés pero llevo cuarenta años en Galicia) a decirlo, es como llevar hierro a Bilbao.
