En Ribadesella no hay quien compre billetes para el tren fluvial, el convoy especial que sigue el transcurso del Descenso Internacional del Sella y que este año cumplirá 72 de servicio ininterrumpido. Esto ha provocado la indignación muchos "selleros" que no encuentran tiques ni en la Oficina de Turismo ni en la estación de tren.

Según ha podido saber este periódico, la previsión de Renfe es suprimir dos unidades, dos vagones, lo que equivale a unas ochenta plazas menos. "Se han vendido la mayor parte de los billetes a través de la central telefónica de reservas, el canal habitual", explicó ayer una portavoz de la compañía ferroviaria, quien avanzó que el resto, los "pocos" que quedan, estarán disponibles a partir de la próxima semana en las taquillas de las estaciones de tren de Ribadesella, Oviedo y Gijón.

Hay menos coches y menos plazas y la empresa aduce, además, que la organización de la prueba "se ha quedado con más coches de lo habitual", pero el número de autoridades y patrocinadores es similar al de otras ediciones. Claro que, con menos vagones, son menos los billetes que quedan a la venta para que el público en general pueda viajar en el convoy.

La taquilla es ya la única forma de conseguir billete para el tren fluvial, ya que la central de reservas se cerró el pasado viernes. Son muchos en la cuenca del Sella los que no entienden por qué siendo un servicio tan exitoso -el año pasado tres semanas antes de Les Piragües ya no quedaban plazas- y sobre todo tan representativo del espíritu "sellero" no se potencia más. Con el corazón a un lado y calculadora en mano hay quien subraya que es deficitario para la compañía, un calificativo casi terrorífico en los tiempos que corren. Otra de las quejas más enérgicas de los riosellanos es que tienen que pagar el mismo precio (que Renfe no ha querido desvelar para este año, pero que en ediciones anteriores ha estado alrededor de los treinta euros) que quien se sube al tren en Oviedo, por ejemplo. Con todo, lo que más duele en la villa riosellana es estar a quince días de la prueba y todavía no tener billete. "Toda la vida fuimos en el tren de Les Piragües, es lo que más me gusta", comenta una de las afectadas, todavía esperanzada en conseguir su tique.

Una de las novedades confirmadas por el Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella (CODIS) es la parada que realizará el tren fluvial en Lloviu a la vuelta para dejar a quienes quieran disfrutar del ambiente en los Campos de Oba, donde este año se recuperará la comida campestre y con ella el "espíritu familiar y popular" que antaño tuvo el Sella. Los piragüistas que quieran podrán comer en la carpa y todos los "selleros" están invitados a acompañarles en este paraje, situado a la orilla del río.