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La Gobita, guía histórica riosellana

Javier Díaz Bardales revive anécdotas de las décadas de los sesenta y setenta con el popular personaje local

Javier Díaz Bardales, en el exterior de la Casa de Cultura riosellana. P. M.

Un baño de nostalgia que arrancó risas, emociones y transportó a muchos medio siglo atrás en el tiempo. Javier Díaz Bardales activó ayer su "moviola sentimental" en la Casa de Cultura de Ribadesella con su conferencia llena de anécdotas de las décadas de los sesenta y setenta. Organizada por la asociación cultural "Amigos de Ribadesella", Díaz Bardales trajo al recuerdo a Juanita "la Gobita", una riosellana cuya azarosa vida le sirvió para recorrer la Ribadesella de aquellos tiempos.

Suyas fueron la primera y la última fotografía proyectadas durante la conferencia y al repasar su vida el riosellano, "muy riosellano", reconstruyó la historia reciente. "Cuando tenía ocho años murió su madre y con dieciocho perdió a la abuela con la que se había quedado, es entonces cuando se va a París", narró Díaz Bardales, quien intercaló pinceladas de todo tipo, pero siempre con el acento de quien lleva cincuenta años fuera de Ribadesella. Profesor jubilado, vive en Alicante y regresa siempre que puede a su pueblo natal. La historia de "La Gobita" continúa en París, adonde se marcha con su recién estrenada mayoría de edad. Tiene una hija que muere del virus VIH (sida) con 24 años, un hecho que la marca para siempre. "Murió en París pensando en Ribadesella", expuso ayer Díaz Bardales, quien cumplió el último deseo que le pidió Juanita antes de fallecer. "Me dijo vete a La Atalaya y dale un beso de mi parte", rememoró ayer junto a otros "casos y cosas de ese tiempo". El fallecimiento reciente de personas como Carlos Fernández Cuenco (inventor del campeonato mundial de trompetilla, entre otros hitos), con quien compartió "anécdotas, algunas increíbles", es otro de los motores que llevaron al autor de la conferencia a recopilar recuerdos de Ribadesella en esos años, de la educación, el cine y los personajes locales.

Díaz Bardales también se acordó de los "no riosellanos", personas y familias que se asentaron en Ribadesella, "pusieron negocios, hicieron cosas" y dejaron huella. El riosellano no descarta, en un futuro, dar forma de libro a estas vivencias que muchos paladearon ayer como si las estuvieran experimentando de nuevo.

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