Los feligreses de Piloña están "muy tristes" por la marcha del sacerdote de origen guineano Recaredo Buenaventura Engonga Nkene que desde el año 2015 se ocupaba de varias parroquias del concejo (Coya, Lludeña, Pintueles, Cadanes, Anayo, Valle, Espinaréu y Sellón).

La decisión del Arzobispado de Oviedo de trasladar al religioso a Santa Eulalia de Morcín ha sentado como un jarro de agua fría a los fieles del municipio, que aseguran haber cogido "muchísimo cariño" al párroco, formado en Italia y que desde el año 2008 había desarrollado su labor pastoral en Llanera primero y en Allande después.

La noticia del traslado de Recaredo ha generado tal malestar entre la comunidad que los lugareños no descartan tomar medidas tales como una concentración de protesta o una recogida de firmas dirigida al Arzobispo para evitar su marcha. "Lo vamos a extrañar mucho porque es buen sacerdote, buen amigo y una persona excepcional", apuntaban algunos vecinos de Vegarrionda. "No soy mucho de misas pero escuchar los sermones que daba en bodas y entierros era un placer", manifestaba otro parroquiano.