No hay debate: el traje que utilizan las mujeres en las fiestas del concejo de Llanes y otras zonas del Oriente se llama "de aldeana". Fue ayer la respuesta unánime de expertas, estudiosas y dirigentes de los bandos llaniscos. La única duda, si acaso, sería la de si conviene ponerle "apellido" al traje, de "aldeana llanisca", como dicen, sobre todo los forasteros. Pero la mayoría de los consultados creen que ese "apellido" dejaría fuera, por ejemplo, a Cabrales, donde también se utiliza el traje, al menos, desde hace un siglo y medio, como demuestran los testimonios gráficos y escritos existentes. Algo más: en este caso el término "aldeana" no tiene matiz ofensivo; todo lo contrario: para la gente es "un orgullo" vestir en sus celebraciones principales el traje de aldeana, como lo hicieron sus antepasados, desde mediados del siglo XIX.

Yolanda Cerra, presidenta de la Asociación Asturiana de Antropología y Patrimonio Etnológico (ASAPE), lo tiene muy claro: es, como siempre fue, "traje de aldeana". Hay una razón histórica: el traje fue rescatado y reelaborado por las élites, la aristocracia y la burguesía, que, imbuidas por el "espíritu romántico", se vestían "de lo que no eran, de aldeanas", en un movimiento que se dio en toda Europa de "revalorización de lo popular".

Esas élites enriquecieron el traje popular, con cintas, telas, corales y abalorios, dándole "una segunda vida". Y después de que las élites imitaran al pueblo, fue el pueblo el que imitó a las élites y, rescatando los viejos trajes de las abuelas de "una arcona tallada", como escribió Aurelio del Llano, vistió también el traje, "cerrándose así el círculo", dijo.

Es verdad que hay también referencias muy antiguas del traje "de aldeana llanisca", pero "las fuentes son casi siempre forasteras", indicó Cerra, quien destacó que en el Oriente jamás se llamó a este traje "de asturiana". "Se le llamaba 'de llanisca' en la Sección Femenina, para diferenciarlo de los de asturiana y vaqueira", añadió la antropóloga, quien destacó que una de las fotografías más antiguas conocidas del traje de aldeana es de una cabraliega, Elisa Rojo Borbolla, en 1872. No ve entre la gente ninguna connotación ofensiva en un término porque "no se le dice a la gente que es aldeana, sino que viste de aldeana, que es diferente".

Fe Santoveña, historiadora, antropóloga y una de las mayores autoridades en temática tradicional, aseguró que su nombre verdadero es, sin duda, "de aldeana" y "no 'de llanisca', porque también es de Cabrales". Destacó que fueron las hijas de las marquesas de Gastañaga y Argüelles o del corregidor las primeras que se vistieron "de aldeanas". No oyó nunca "traje de asturiana" en referencia al de aldeana, pues "la gente distingue perfectamente uno de otro".

Magdalena Fernández-Peña Bernaldo de Quirós es la autora del dossier que desembocó en la declaración de los trajes de aldeana y porruanu como bien de interés cultural (BIC), en buena parte elaborado con datos aportados por Cerra y Santoveña. "Ha sido toda la vida traje de aldeana, y sin ningún matiz peyorativo; al contrario, la gente le llama así y lo viste con orgullo", añadió.

Resaltó que su abuelo, José María Bernaldo de Quirós Argüelles, "Pepe el Marqués", hijo de la marquesa de Argüelles siempre le llamo "de aldeana", lo mismo que personas como "Piedad la de La Portilla" o "Rosita la de la Poza", auténticas conocedoras del universo de la indumentaria tradicional. Lo de "traje de llanisca" es "minoritario y más reciente", algo que dicen, principalmente, "personas de fuera". Porque "para los de Llanes toda la vida fue de aldeana", indicó.

Añadió que sí escuchó "alguna vez" que le llamaban "traje del ramu", pero "jamás traje de asturiana", que es como "aquí se denomina al del centro de Asturias". Más: lo de "aldeana llanisca" le parece "moderno y redundante". Y quizá sí podría llamársele "traje del Oriente", porque "también se usa, por ejemplo, en Cabrales".

Rafael Romero, presidente del bando de la Magdalena de Llanes, lo tiene claro: "toda la vida oí en casa 'traje de aldeana', aunque hay alguna gente, sobre todo de fuera, que dice 'de llanisca' y 'de aldeana llanisca'". Nunca escuchó a nadie decirle "de asturiana", porque "ese es otro traje distinto". En su opinión, el término "aldeana" no tiene "nada de despectivo". Todo lo contrario: "se viste con mucho orgullo".

Javier Abella, presidente del bando de San Roque, afirmó que son válidos tanto traje "de aldeana" como "de llanisca", aunque esta segunda fórmula es utilizada "por gente de fuera del concejo, para distinguirlo de otros" de Asturias. "Aquí siempre fue traje de aldeana, y nunca se le llamo de asturiana", resaltó. No tiene "nada de despectivo, porque "vestirse de aldeana es un orgullo y un privilegio, pues es un traje muy lujoso". Rememoró el gran impacto que los trajes de aldeana tuvieron en Francia e Italia, durante un viaje del bando: "venían a tocarlos de tan lujosos que los veían; les llamaron muchísimo la atención", añadió.

A David Prada, presidente del bando de la Guía, le gusta lo de "aldeana llanisca", aunque reconoce que "aquí siempre fue 'de aldeana' y lo de 'llanisca' es más cosa de gente de fuera". Nunca escuchó "de asturiana", pues ese es "otro traje distinto", y no ve en "aldeana" matiz alguno despreciativo: todo lo contrario, "la gente lo viste con orgullo".

El etnógrafo y escritor Ramón Sordo Sotres asegura que su nombre es "traje de aldeana", pues lo de "llanisca" ha de ser "más moderno" "Lo más extendido y lo más corriente es traje de aldeana, aunque alguna vez, muy pocas, sí escuché de asturiana".