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La larga lucha del padre de un chico con síndrome de Down para matricularlo en Posada de Llanes

José Medina lleva desde principios de año recibiendo largas de la Administración a la inscripción de su hijo en el Don Orione

Sergio Medina Criado y José Medina, en Llanes. EMILIO G. CEA

Desesperado por la tardanza de la Administración que impide, a día de hoy, que su hijo, con síndrome de Down, pueda ser matriculado en el Centro de Apoyo a la Integración (CAI) del Colegio Don Orione, en Posada de Llanes. Todo consecuencia de problemas burocráticos por parte de la Consejería de Educación. Así dice sentirse el vasco José Medina, afincado junto a su mujer y su hijo desde comienzos de año en la localidad de Posada. A través de los Servicios Sociales del Ayuntamiento y tras empadronar a su hijo en Llanes, solicitó su matriculación en el CAI del Don Orione, tras presentar toda la documentación que le solicitaron. "Está acostumbrado a la actividad y no puede seguir más así", resalta el progenitor.

La falta acuerdo para aprobar los presupuestos generales que incluyen una partida para hacer frente a las matrículas de los CAI de la región, es la causa, según explica Medina, para justificar la tardanza. "No puede ser que lleve mi hijo en casa ocho meses parado", se queja. Sergio Medina Criado, de 37 años, corrobora las palabras de su padre. Dice que quiere conocer nuevos amigos y tener una ocupación "Es un chaval muy abierto, al que le gusta relacionare con la gente", asegura su padre.

Ambos acuden cada poco al Ayuntamiento. Allí han entregado ya el expediente de minusvalía y el certificado de dependencia que les han pedido para agilizar los trámites. "Al parecer es un asunto que no depende de ellos sino de Educación", dice. Hasta enero, Sergio Medina iba a diario al centro de ocupación Lantegi Batuak, en Zorroza (Vizcaya). Ahora quiere que su hijo esté ocupado en el prestigioso centro educativo llanisco.

"Ya solo me queda acudir a los medios de comunicación. Me han llegado a decir que lo podría matricular pagando la matrícula de mi bolsillo. Yo quiero que nos traten como al resto", explica Medina. Para mantener a su hijo distraído todos estos meses le ha apuntado unas horas al día a un gimnasio de Posada. "Lleva mucho tiempo sin la rutina que tenía antes y le está costando adaptarse a esa situación. Es un chaval muy activo que se defiende bien. En el País Vasco iba él solo al centro en autobús", destaca.

Padre e hijo cruzan los dedos para que de una vez por todas se resuelvan los problemas burocráticos y Educación dé luz verde a su matriculación en el Don Orione. "Me da la impresión de que todo esto es un asunto en el que las administraciones se pasan unas a otras la pelota. Nos han dicho que quizá se solucione todo a mediados de este mes. Puedo entender que no lo matriculen porque falta tal o cual papel. Lo que no entiendo es que no se haga porque no se han aprobado los presupuestos", añade el padre.

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