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Hevia: "Gracias a que Juan Álvarez se quedó, en Piloña hay magníficos edificios"

El historiador sierense destaca el trabajo del arquitecto, reformador de la Obra Pía

Proyecto de Álvarez para la fachada principal del edificio de la Obra Pía.

Lo que hoy se conoce como la residencia de ancianos y Sala Polivalente de Infiesto, la escuela de Pintueles o el panteón de la familia San Miguel en San Román son sólo algunas de las construcciones que el arquitecto burgalés Juan Álvarez Mendoza proyectó en Piloña el pasado siglo. Tras terminar sus estudios en Madrid y ganar experiencia en Lugo, el arquitecto decidió instalar su estudio en 1907 en la calle Covadonga de Infiesto, lugar de procedencia de su esposa Concepción Carriedo, un hecho que llamó la atención del historiador sierense José Manuel Rodríguez Hevia, que a raíz de un curso de turismo realizado en El Prial decidió profundizar en el estudio de la obra del burgalés.

"Álvarez podía haberse trasladado a la capital en busca de grandes trabajos como así hizo después de 1915, pero gracias a que se quedó gozamos de magníficos edificios", cuenta el estudioso, que se documentó, entre otras osas, a través de publicaciones de la época como el diario ovetense "El Carbayón".

Para Rodríguez si hay una obra que destaca en el concejo esa es la de la reforma del edificio de la Obra Pía de Infiesto, convertido hoy en el equipamiento cultural más importante de Piloña al albergar la oficina de turismo, la muestra "Los 13 del Sidrón", la antigua capilla y el Museo del Reloj. La mejoras de la construcción, del siglo XVIII, fueron encargada a Álvarez por los propietarios, los sucesores del marqués de Vistalegre, en 1908. Su ejecución se retrasó a abril de 1912. Los trabajos, adjudicados al contratista de Biedes Isidoro Martínez Blanco, incluyeron la adecuación de casas para los capellanes, la vivienda del conserje, cuatro aulas de estudio y los adornos de la capilla, que se embelleció añadiéndole una cúpula.

Las mejoras concluyeron en febrero de 1913, año en que el Ayuntamiento contrató a Álvarez para urbanizar la plaza frente al edificio de la Obra Pía, que hasta hace poco acogió el centro de salud y la biblioteca de Infiesto.

Rodríguez aboga por dar a conocer los proyectos del arquitecto burgalés, considerados muy adelantados para la época por su buena luz, ventilación y amplitud. "Aunque se fue siguió recibiendo muchos encargados de indianos, comerciantes e industriales del oriente asturiano porque pasaba los veranos aquí", cuente el historiador, que pone otros ejemplos como los chalets de la playa de Ribadesella o el Casino de Llanes.

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