El puerto deportivo de Ribadesella aumentó el tráfico de embarcaciones de tránsito un 32 por ciento en los dos últimos años. Así se desprende de la memoria elaborada por el Club Náutico "Arra", que gestiona la infraestructura riosellana y que cifra el total de barcos que pernoctaron hasta ahora en el puerto alrededor de 260. El presidente del club, Rolando Montoto, calcula que en lo que resta de año llegue en torno a una decena más. Es cifra es bastante superior a la de 2015, cuando entraron al puerto deportivo de Ribadesella un total de 184 barcos. El año pasado ya se empezó a notar la subida, pues el club náutico contabilizó 250 en todo el ejercicio.
Con una media de tres tripulantes por embarcación, los visitantes de este año 2017 han estado 530 días en total, lo que dividido entre el total de jornadas que componen un año da como resultado una media de más de dos días de estancia en cada caso. "Han venido de catorce países: de Francia fueron 102 barcos, de España 68, de Reino Unido 36, de Holanda 14, de Bélgica 10, de Suecia 9, de Alemania 6, de Irlanda 4, de Dinamarca 3, de Noruega 3 y luego uno de Suiza, Portugal, Lituania e Italia", enumera el presidente antes de añadir que la mayoría de estas embarcaciones han sido veleros con una media de 12 metros.
Montoto apunta, además, que el "movimiento principal está entre abril o mayo y septiembre, pero dos tercios del montante global se hace en julio y agosto, es cuando más barcos hay". Por este motivo, ahora que se acerca el otoño y el invierno y con ellos los temporales de mar, no esperan muchas más embarcaciones de tránsito que esa decena a la que alude el presidente del club "Arra". El puerto deportivo de Ribadesella es el más transitado de la veintena que gestiona el Gobierno regional (todos menos Gijón y Avilés), por su capacidad para acoger embarcaciones en tránsito (hasta catorce al mismo tiempo, en función de las dimensiones) y también por la reciente dotación de servicios como duchas, lavadora y secadora y luz, agua y wifi en los amarres reservados para estos barcos. Quienes están de paso tienen, además, acceso a estos servicios las 24 horas del día.
Rolando Montoto cree que el considerable aumento del tráfico de tránsito tiene varios motivos: "cada vez vamos modernizando más el puerto y nunca hemos dado la vuelta a ningún barco por falta de espacio. Si no hay amarre directo, se abarloan". Es decir, se amarra un barco al costado del otro que está amarrado al pantalán, colocando unos tubos de defensa para que no se hagan daño el uno al otro. Esta estrategia se sigue siempre que haya espacio de agua suficiente y nunca con más de una embarcación. Las embarcaciones que transitan por la costa oriental intentan hacer la parada en Ribadesella, pues "les gusta mucho la villa y tienen todo tipo de restauración y comercios", subraya el presidente de "Arra".
Las escalas desde el puerto cántabro de San Vicente de la Barquera, el más próximo con servicios para el tránsito en la comunidad vecina, son fáciles y también el salto a Gijón.
