La Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente extraerá 2.961 metros cúbicos de materiales del puerto de Ribadesella con la máquina que el martes llegó a bordo de la embarcación "Punta Galea". Fuentes del departamento regional indicaron que lo extraído se verterá "en un círculo de radio 0,25 millas" con centro en un punto situado "al noreste de la desembocadura del Sella".

El pasado mes de julio, la Cofradía de Pescadores "Virgen de Guía" de Ribadesella recibió una propuesta de la Dirección General de Pesca Marítima de verter los materiales que se extraigan del dragado del puerto delante de la Punta'l Pozu, en la parte oeste de la playa de Santa Marina.

Tanto el Ayuntamiento como la Cofradía alegaron entonces contra esta ubicación, pues ambas entidades coincidían en que desharían "la playa entera", llenándola de piedra. Los de dragado son trabajos que se realizan de forma periódica para retirar los sedimentos que por diferentes motivos se van acumulando en el fondo de las zonas portuarias y que dificultan las maniobras de las embarcaciones, en este caso pesqueras.

El puerto riosellano se ve especialmente afectado por la acumulación de materiales debido a la desembocadura del río Sella, que va depositando áridos en la dársena pesquera. Las riadas, frecuentes sobre todo en invierno y épocas de lluvias intensas, acentúan el proceso al arrastrar lo que encuentran en las partes alta y media de la cuenca fluvial.

La falta de calado es una de las principales dificultades que afrontan los marineros locales, que en noviembre pidieron al Gobierno del Principado que el dragado anunciado para este año se efectúe en zonas de tránsito de barcos y no como en 2014, cuando se sacó sedimento del islote entre el puerto deportivo y el pesquero, una zona por la que no transita nadie.

Los pescadores piden una intervención adecuada a las necesidades del puerto riosellano, ya que si se efectuara tendría cabida para todas las embarcaciones del Oriente. Pero ahora con bajamares grandes los barcos locales quedan varados, algo que ha sucedido hasta cubrir el casco casi un metro. Atrás quedaron los tiempos en que delante de la rula había siete u ocho metros de calado, pues ahora se puede pasar caminando, sin nadar, entre el puerto pesquero y el puerto deportivo por la constante acumulación de sedimento que no se ha retirado.