Es capaz de vivir sólo con lo que la naturaleza asturiana le da, proporciona tanto leche como carne y esta última, además, muy rica en Omega 3, según han estudiado científicos de la Universidad de Zaragoza. Es la cabra bermeya, la única raza autóctona de la región y que la asociación Acriber (Asociación de Criadores de Cabra Bermeya) está tratando de sacar adelante en certámenes como el celebrado ayer en el aparcamiento de la playa de Santa Marina, en Ribadesella.

Participaron unos 100 animales de los 3.020 censados en el registro del colectivo, una cifra lejana a la necesaria para salir de la extinción. Este tipo de eventos, explica Jesús Álvarez, presidente de Acriber, persiguen dar a conocer la raza, además de premiar el esfuerzo de los ganaderos que optan por ella. En el I Concurso Exposición de Cabra Bermeya de Ribadesella se premiaron los tres mejores animales de cada sección: cabritas y cabritos (de cero a doce meses), igüedas e igüedos (de doce a veinticuatro meses) y cabras y castrones (de veinticuatro meses en adelante).

El jurado distinguió, además, al mejor lote de corral, el presentado por el ganadero Jairo García, de Salas. Con quince profesionales inscritos, eventualidades como partos y accidentes dejaron la participación final en once, procedentes de Laviana, Piloña, Soto de Agues, Gijón, Aller y Ribadesella. De los 82 socios con los que cuenta Acriber, sólo uno se dedica a la leche, mientras que el resto comercializa la carne de la raza autóctona. "Los cabritos son animales sin suplementar, no es lo mismo estos que se crían con la leche de la madre a los que lo hacen con leche en polvo y piensos. Es el famoso producto ecológico de ahora, lo de toda la vida", explica Álvarez.

La asociación está buscando "alguien que se involucre en vender calidad y no cantidad", pues se encuentran con restauradores que optan por otras razas porque las consiguen a mitad de precio. Para dar a conocer la calidad de la cabra bermeya a través del gusto la asociación organizó ayer una degustación en la misma feria y una comida para los ganaderos. También por la vista se puede apreciar que la raza, aunque todavía en dificultades, va a mejor. "Cada vez hay animales más completos y más correctos", destaca el presidente de Acriber, entidad que realiza marcajes, revisa los rebaños para comprobar que los cabritos cumplen con las características de la raza y realiza extracciones a sementales "para comprobar que están dentro del libro genealógico".