Pilar Badillo es de Ciudad Real, vive en Madrid y cada mes de septiembre viaja a Cañu (Cangas de Onís) para pedirle a la Virgen de la Salud que preserve la suya y la de toda su familia. Empezó a frecuentar la localidad canguesa hace 34 años porque su suegro, Enrique García, ya fallecido, era natural de La Llongar, y desde hace más de veinte no ha faltado ni una sola vez. Historias como la de esta manchega, de devoción hacia una Santina muy apreciada, abundaron ayer en el día grande de unas fiestas protagonizadas por la imagen más tocada del entorno.

La celebración suele atraer a multitudes, pero al caer ayer en domingo y además disfrutar de un agradable día de sol, la afluencia fue aún mayor. Son muchos los que antes y después de los actos religiosos se acercan para tocar a la Virgen, fotografiarse con ella, echar un donativo en la urna habilitada a tal efecto o comprar lotería de La Salud de Cañu, que seguro que toca. Familias enteras llegan desde todos los puntos de Asturias para que la Virgen cuide lo más preciado, aquello sin lo que nada tiene importancia: la salud.

"Vengo todos los años que puedo", explica María Cristina Mata, de Gijón, que acude con una docena de familiares y a la que una amiga acaba de prometer una vela "para que te dé salud todo el año". También es el caso de Juli Flórez, de la localidad sierense de El Berrón, que acude todos los años a pedir por su salud y la de los suyos y a quien ayer le costó un poco sacarse una fotografía tocando la imagen. Eran tantas las personas que querían ahuyentar la enfermedad ante la imagen de Cañu que durante toda la mañana se formaron pequeñas colas para hacerlo. La de Cañu es una procesión muy concurrida y junto a la imagen de la Virgen van otras dos: el Arcángel San Miguel y el Ángel de la Guarda, los tres precedidos por el ramu de roscos de pan.

Acompañada por la Banda de Gaites "Ciudad de Cangas de Onís" y por un nutrido número de feligreses, la comitiva recorrió un buen tramo de la travesía de la nacional 625 en ambos sentidos -fue necesario cortar la carretera durante unos pocos minutos, lo que provocó ligeras retenciones- para regresar a la ermita, donde la Virgen continuó siendo venerada. Otros permanecieron a ambos lados de la carretera para verla y fotografiarla.

Quema del xigante

Tras la procesión, miembros de la comisión subastaron en el pórtico del templo los roscos de pan del ramu, así como un queso gamonéu donado por la quesería Fana. Concluida la puja llegó el momento más ruidoso de la fiesta, muy por encima de los voladores: la quema del xigante. Se trata de una figura que imita a la humana (cambia todos los años de aspecto) que da vueltas sobre un eje metálico mientras van explotando una por una, con gran estruendo, las diferentes partes de su cuerpo. Muchos asistentes, de sobra conocedores de los decibelios que alcanza el espectáculo, se taparon los oídos cuando llegó el turno de la cabeza, el mayor reventón.

La devoción por La Salud de Cañu dura todo el año, pero se intensifica a mediados de este mes, cuando comienza el novenario a la Virgen. En la parte más lúdica, vecinos y visitantes disfrutaron el sábado por la noche de una paellada gratuita y quemaron la ingesta al ritmo de la música de "La Fórmula" y una discoteca móvil.

La jornada ayer comenzó con un pasacalles a cargo de la banda de gaitas, siguió con los actos centrales y por la tarde hubo juegos infantiles. Los festejos concluyeron en Cañu con la verbena animada por la orquesta "Waykas Family" y de nuevo discoteca móvil.