Con un nudo en la garganta y muy emocionados por recordar las andanzas de sus antepasados en el lugar de Asturias donde la emigración se hace museo. Así vivió en la jornada de ayer una delegación de norteamericanos procedentes de Tampa (Florida) su visita al Museo de la Emigración de Colombres, en Ribadedeva. Cinco de ellos, con el integrante del Centro Español de Tampa Anthony Carreño al frente, son descendientes de asturianos.

"Mis abuelos paternos son asturianos. Mi abuela era de Arcallana (Valdés) y mi abuelo de Grao", aseguró Carreño. En la actualidad mantiene fluido contacto con sus parientes asturianos. La historia de sus abuelos comenzó en Tampa, donde se conocieron y se casaron tras enviudar ella. Ayer pisaba por quinta vez Colombres y hacía de guía, junto a la jefa de servicio del Archivo, Elena Granda Álvarez. "Quiero reforzar la conexiones entre Tampa y todo esto. Allí hubo la mayor colonia de asturianos de EE UU. Entre el Centro Asturiano, que era una rama dependiente del Centro Asturiano de la Habana, y el Centro Español de Tampa llegó a haber 14.000 personas", señaló.

En la actualidad, el Centro Español de Tampa cuenta con setenta asociados. "Quedan muchas huellas de lo que fue la abundante presencia de asturianos. El Centro Asturiano sigue funcionando y el Centro Español perdió sus edificios. Ahora hay nietos y biznietos de la gente que allí llegó, y queremos preservar la memoria de todos ellos. Tampa fue el foco de la emigración española a los Estados Unidos entre 1890 y 1945, cuando terminó la II Guerra Mundial", señaló Carreño.

Cathy Baron tiene antepasados en la localidad de Cuero (Grado). Con ellos mantiene contacto desde el año 2010, cuando su madre murió. "Encontré documentos y cartas tras su muerte, y gracias a ese material me puse en contacto con mi familia de Asturias", dijo mientras con detenimiento contemplaba la sala que el Museo de la Emigración dedica al Centro Asturiano de Tampa. Tony Moré difícilmente podía contener las lágrimas al recordar a sus abuelos maternos, oriundos del concejo de Piloña. Era la segunda vez que pisaba tierras asturianas.

"Mis abuelos se casaron en Tampa. No he perdido la comunicación con mi familia asturiana. Una de mis hijas vino por primera vez este verano y otra vendrá muy pronto. Ellas también están muy interesadas en la historia de sus orígenes asturianos", dijo. Las lágrimas recorrían su rostro al intentar explicar lo que siente al regresar a la tierra de la que sus abuelos salieron en busca de una vida mejor.

"Mira, este es mi tío", exclama Sonia Peláez Zigler, tras reconocer en una fotografía del museo a José Afanador, médico en el Centro Asturiano de Tampa. Tres de sus cuatro abuelos eran asturianos con raíces en Avilés, Grado y Santoseso (Candamo). "Me siento orgullosa de mis orígenes. Es la tercera vez que vengo a Asturias y siempre se me ha recibido con mucho cariño. Ver aquí a mi tío y padrino es un orgullo", indicó.

Tras visitar Luarca, Taramundi y San Tirso de Candamo el viaje por Asturias concluirá mañana con una visita al Museo del Pueblo de Asturias, en Gijón.