El río Sella tiene un guardián infalible: es el monitor de actividades físico-deportivas Alejandro Collía, que el miércoles sacó de sus aguas a un ejemplar adulto y macho de tortuga galápago de Florida, considerada una de las especies invasoras más dañinas del mundo. No es la primera vez que este vecino de Les Roces encuentra un ejemplar de galápagos en el Sella: el verano pasado localizó una hembra de menor tamaño en la zona de Llordón cuando hacía el descenso en canoa. En esta ocasión, este amante de la naturaleza bajaba el Sella acompañando a un grupo de niños de Torrelavega. Al llegar a la altura del pozo de Torañu divisó lo que parecía una zapatilla deportiva sobre un tronco. Al ver que se movía se acercó al animal y lo retiró del río. "Lo voy a entregar a un aficionado que la sabrá cuidar, atender y respetar", apunta Collía, que sospecha que la tortuga pudo ser abandonada porque el dueño se cansó de ella. "Se dejaba acariciar, no se tiraba a morder ni escondía la cabeza al examinarla, claro indicativo de que no llevaba mucho en el río y de que estaba acostumbrada al contacto humano", señala, para rematar: "A ver cuándo se entera la gente de que los animales no son juguetes y de que tirar tortugas al río supone una atrocidad a nivel ecológico. En un sitio de tanta riqueza como el Sella puede hacer mucho daño".