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La restauración de la iglesia de Moru concluirá en 2018, tras una década de trabajo

La asociación cultural inicia los arreglos en la pintura mural del testero y confía en abordar la cúpula, en riesgo de colapso, el próximo año

El interior del templo riosellano, con el testero al fondo. P.M.

La restauración de la pintura mural del testero de la iglesia de San Salvador de Moru, en la localidad riosellana de Nocéu, arrancó ayer con una emoción doble. Por un lado buena parte de esta zona está tapada y el resultado será una sorpresa después de estar siglos oculta. Por la otra, se trata de la penúltima campaña que impulsa la asociación cultural "Iglesia de Moru", que si todo va bien espera concluir la rehabilitación del templo el próximo año. Habrán sido diez años de intenso trabajo "en equipo", como subraya la presidenta, Ana Fernández, pues la financiación de las diferentes campañas ha sido posible gracias a la colaboración de entidades públicas y privadas, negocios, particulares y simpatizantes de esta causa.

El equipo dirigido por Natalia Díaz-Ordóñez, en el que también está María Menéndez y dos diplomadas por la Escuela de Arte de Avilés, afrontará a lo largo del mes la restauración de unos sesenta metros cuadrados de pintura mural en el testero de la iglesia, fechados a finales del siglo XV o en el XVI, pues aún no han sido estudiadas con el suficiente detalle. En la parte más tapada se piensa que podría aparecer "un corazón, porque en algunas partes hay llagas de las que brotan sangre, pero no se ve nada", describe Fernández, incapaz de contener la emoción de ver avanzado un proyecto tan ambicioso gracias a tantos apoyos como han recibido. En el testero de Moru se intuye, por otra parte, una escena que podría corresponderse con un santo entierro, pues tan sólo se ven una cabeza y unos pies, además de unos señores cantando salmos y un dedo que señala a un libro. En esta campaña va a producirse, apunta la presidenta, un "descubrimiento arqueológico" en toda regla, pues apenas se distinguen los motivos representados.

La próxima campaña de restauración, la última, abordará la bóveda, con riesgo de colapso según han indicado las expertas a los responsables de la asociación. "Restaurar la bóveda sigue siendo urgente, porque su situación es muy delicada", explica Ana Fernández, quien desea que el próximo año las ayudas del Principado para restauración de patrimonio se convoquen antes y se pueda "asegurar la supervivencia" de estas pinturas.

La convocatoria de este año salió el 29 de agosto y la asociación ha tenido que programar la obra con sus propios recursos, pues aunque confían en que así sea aún no saben si cuentan con la ayuda regional o no. El Ayuntamiento, por su parte, colabora este año con la instalación de la iluminación exterior y el colectivo cuenta para afrontar la restauración de las pinturas (que tiene que estar concluida el día 30 para aspirar a la ayuda regional) y la instalación de la iluminación interior de la iglesia (que quedará resuelta en unos días y facilitará la tarea de las restauradoras, pues ahora trabajan con un generador) con sus propios recursos. Han recibido la ayuda de una fundación que prefiere mantenerse en el anonimato y de algunos de sus donantes fieles, que les ayudan "en los tiempos difíciles", pues afrontan una "campaña fuerte". Esperan, al igual que la ayuda regional, recibir también la del Arzobispado. Ha sido, apunta la presidenta del colectivo, una "carrera de fondo" superada con éxito: "otro año más se hizo el milagro", añade remarcando la satisfacción y con la esperanza de que la recta final y la llegada a meta también se hagan en equipo.

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