Si en la lista de cosas pendientes estaba entrar a la cueva de Tito Bustillo, en Ribadesella, hay nueve días para tachar este punto. La gruta con arte rupestre del Paleolítico abrirá sus puertas por última vez el domingo 29 de octubre antes de cerrar durante el resto del otoño y el invierno. En los últimos años la temporada ha comenzado en marzo (este año el día 1) y, aunque es el Gobierno regional el que determina y anuncia la fecha unas semanas antes, suele rondar la Semana Santa.
Quedan pocos días. El de ayer, con entrada gratuita por tratarse de miércoles, fue el último en que la cueva colgó el cartel de completo después de un puente del Pilar en el que se agotaron los pases. El resto tiene muchas plazas libres, algo que es un lujo en la cueva riosellana. Sin contabilizar las visitas de octubre, en lo que va de temporada se han registrado un total de 23.596 visitas, un 18 por ciento más que en todo el período de apertura en 2013.
En este aumento han influido dos motivos: por un lado, la gruta que atesora el arte rupestre del Paleolítico abrió sus puertas diecinueve días antes que hace cuatro años y, por otro, esta temporada para reservar plaza ha sido necesario pagar la entrada en el acto, una decisión que ha evitado que los usuarios reservasen sitio en un pase para luego no recoger y abonar los tiques. La visita está restringida a un número máximo de 15 personas por pase y cada día entran diez grupos. La duración de cada visita es de una hora aproximadamente y se hacen exclusivamente guiadas en castellano.
La edad mínima para acceder a la cueva es de 7 años y se desaconseja la visita a personas con dificultades de visión o movilidad. Se recomienda el uso de ropa de abrigo y calzado adecuado, ya que se trata de un terreno embarrado, húmedo y resbaladizo. La temperatura interior en la Cueva ronda los 13º grados centígrados y no está permitido hacer fotografías ni filmaciones en el interior de la gruta.
