"Al principio fue duro, muy duro, pero mereció la pena, fue gratificante", señaló ayer Marifé Gómez, tras presentar su renuncia como concejala del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Cangas de Onís. Reveló que su decisión se debe a que las nuevas funciones que ha asumido en el Grupo Parlamentario Popular en la Junta General del Principado (responsable de Medio Ambiente) y sus tareas como coordinadora del partido en el oriente de Asturias le dejaban poco tiempo para las labores municipales, por lo que ha decidido "dejar a otra persona con ganas de trabajar y que puede dedicarse al cien por ciento al Ayuntamiento". Esa persona será el constructor Víctor Redondo.

Marifé Gómez llevaba seis años y medio como concejala. Resaltó que los primeros tiempos fueron "muy duros".

"Integrábamos el equipo de gobierno tres personas inexpertas (en una Corporación de 13 miembros), decían que no servíamos y sustituíamos en el gobierno municipal a Alfredo García (PSOE), que, hay que reconocerlo, lo había hecho muy bien durante sus doce años en la Alcaldía".

"Fue como si nos hubiera caído una enorme piedra encima", señaló Marifé Gómez, quien cree que el equipo que encabeza José Manuel González Castro superó la prueba y dejó "el pabellón alto a base de mucho trabajar", como a su juicio demuestra que el PP ganara las elecciones municipales de 2015 por una amplísima mayoría absoluta: 8 concejales por 3 el PSOE, uno Cangues Puede y uno Foro. "Era una responsabilidad tremenda y fue duro, pero también muy gratificante, esto te llena mucho", señaló Gómez, que se manifestó "orgullosa" de haber trabajado con "todas" sus ganas.

La ya exconcejala cree que podrá hacer "muchísimo más" por Cangas de Onís y el resto de la comarca oriental desde la Junta General. Resaltó "el apoyo de los trabajadores municipales y el cariño de la gente".

Entre los asuntos a los que dedicará más esfuerzo en la Junta General destacó "el lobo, el tren de cremallera a los Lagos, el plan de residuos, el hospital de Arriondas..." Y también dar "visibilidad" a los municipios de la comarca oriental, que considera "muy abandonados" por el Gobierno del Principado.