Veintiún días ha durado la imagen de la Virgen de Covadonga que el pasado día del Pilar (12 de octubre) había sido colocada sobre un pedestal en uno de los laterales de la iglesia parroquial de Santa María de Ribadesella. Ayer apareció destrozada, lo que generó severas críticas por parte de numerosos vecinos, creyentes y no creyentes.

"Estamos llegando a un nive de intolerancia que asusta. Independientemente de si te gusta o si lo compartes hay que aprender a respeta", señalaba un joven riosellano, que calificaba de "gentuza" al autor o autores del vandálico ataque. Otro vecino, jubilado, lamentaba el destrozo: "son muy valientes actuando por la noche y en manada contra símbolos cristianos, pero me gustaría ver si lo serían tanto contra los de otras religiones".

La imagen de la Santina había sido colocada hace tres semanas por los responsables de la parroquia. La Virgen apareció rota en varios pedazos, en el suelo. El ataque, que se produjo de madfrugada, según todos los indicios, generó múltiples cometarios en las redes sociales, la inmensa mayoría de condena y de estupefacción.

"Independientemente de las creencias de cada uno es un acto imperdonable, porque se ataca un símbolo que tiene enorme valor para mucha gente", exclamaba una vecina de Ribadesella en una conocida red social. Algunos vecinos apostaban por iniciar una colecta para reponer la imagen de la Santina y otros por colocar cámaras web para que quede registrado cualquier ataque.