“Así no podemos seguir. Exigimos saneamiento y alcantarillado ya”. Los vecinos de la localidad llanisca de Lledías (Lledíes según la toponimia oficial) han decidido desenterrar el “hacha de guerra”. Los “conjurados” están dispuestos movilizarse para conseguir que el pueblo tenga depuración y deje de verse anegado. De momento, elaborarán un informe solicitando saneamiento y alcantarillado, que se dará a firmar a todos los vecinos y se entregará al Gobierno del Principado y al Ayuntamiento de Llanes.

El malestar viene de lejos, pero la gota (literalmente) que colmó el vaso fueron las últimas lluvias registradas en la zona, que anegaron varias áreas de la localidad. Calles enteras quedaron cubiertas por el agua, y varios vecinos vieron como el líquido inundaba sus propiedades y les causaba graves quebrantos. Entonces varios de los afectados dijeron “basta”.

La “conjura” llegó el domingo, en el transcurso de un concejo público en el que Lledías decidió presentarse al premio “Pueblo Ejemplar de Llanes”, que ha convocado el Ayuntamiento. Allí se convino la necesidad de conseguir el saneamiento, pero varios de los presentes aseguraron que, en realidad, en el Principado de Asturias consta como si Lledías ya tuviera saneamiento.

¿Cómo se explica esta sorprendente aseveración? Varias personas explicaron ayer que un vecino de Lledías viajó hace un tiempo a Oviedo y en las dependencias del Principado de Asturias le espetaron justamente eso: “aquí figura desde 2005 que Lledías ya tiene saneamiento, y de hecho el dinero para él se gastó y hay contribuyentes que lo están pagando”. A expensas de comprobar la veracidad de esas afirmaciones, la realidad, según los vecinos, es que apenas un puñado de edificios de Lledías cuenta con saneamiento: un bar, una residencia de ancianos el colegio público y un par de viviendas particulares. El resto, el núcleo rural, pozos negros en el mejor de los casos y vertidos a cuevas y sumideros, que presumiblemente conducirán a acuíferos.

Varios vecinos empezaron a indagar para averiguar lo ocurrido y se encontraron con una sorpresa: varios bloques de edificios de la vecina localidad de Posada (La Vega) figuran oficialmente como pertenecientes a Lledías. Según estos vecinos, están considerados como pertenecientes a Lledías, entre otros, el edificio de la cafetería El Parque (junto al paso a nivel de Posada, en pleno centro de la localidad), los que se sitúan más al este; las viviendas sociales, todos los bloques de la urbanización Llanes Paraíso, e incluso el inmueble en cuyo bajo se sitúa el establecimiento Susana Interiores. Todo ello , con el objetivo de “falsar la realidad”, pues el límite “tradicional” entre Lledías y Posada (La Vega) se sitúa, según los vecinos, en la riega que separa ambas localidades.

El alcalde de barrio, Rosendo Noriega, quiere averiguar si las denuncias de los vecinos tienen alguna base cierta. Pero, en todo caso, ayer lanzó una exigencia: “que a Lledías se la dote de saneamiento y alcantarillado”. Noriega explicó que cuando llueve buena parte del pueblo queda anegado “y hay vecinos que apenas pueden entrar en sus casas. Esto no puede continuar así por más tiempo”, exclamó el alcalde electo de Lledías. Mientras, el equipo de gobierno de Llanes indagará el asunto para comprobar si, como sospechan algunos vecinos, se hurtó al núcleo rural de Lledías el dinero público destinado a saneamiento.