"Si lo sé quédome en la cama", señaló con ironía Manuel Martínez tras comprobar que el primer lote de angula de la temporada acababa de ser comprado en la rula de Ribadesella por "solo" 2.187,50 euros el kilo, menos de la mitad que el año pasado, por el hostelero Manuel Fernández, del restaurante Bocamar, de Oviedo. El angulero de Toriellu (Ribadesella), como muchos otros, se había pasado doce horas, de seis de la tarde a seis de la mañana, en la playa llanisca de San Antolín, en busca del "oro del Cantábrico". Solo echo a tierra 80 gramos, lo que reportó apenas un centenar de euros. De ahí su "tremenda decepción".

Contento estaba el dueño del Bocamar, que había cumplido su objetivo, llevarse a casa los dos primeros lotes de angula del año, que sumaron 3,615 kilos, y por los que desembolsó 5.566 euros, más el IVA y la comisión que se lleva la Cofradía de Pescadores "Virgen de Guía" de Ribadesella. Feliz, porque el año pasado el primer lote se cotizó a 5.500 euros el kilo, y el segundo a 1.070, mientras que ayer pagó los 2.187,50 ya citados por el primero y 861 por el segundo. O sea, una media de 1.540 euros el kilo.

Manuel Fernández no venía con un precio en la cabeza, pero sí estaba decidido a no pagar las "barbaridades" de los años anteriores (el primer lote llegó a pagarse a 6.300 euros el kilo hace unos años). Dado que la subasta se realizó, como es tradicional, a la baja, que se empezó por 7.000 euros el kilo y que el precio bajaba de cincuenta céntimos en cincuenta céntimos, acabó siendo la más larga de la historia: duró bastante más de media hora. El hostelero, casado en Ribadesella y habitual de esta puja, se llevó el género para su restaurante y lo preparó y lo ofreció ya ayer a sus clientes "a precio de coste". No persigue ganar dinero, sino "prestigio, publicidad y satisfacer a los clientes", dijo.

El de ayer fue el precio más bajo de los últimos años. Y eso que solo se subastaron 3,6 kilos, por los 15 del año pasado. "Lo de Cataluña se nota", comentó con gracia otro de los participantes en la subasta, el hostelero riosellano José Bautista Gonzalo, "Tista", quien se había llevado los dos primeros lotes del año pasado, pero ayer no pujó, entre otras razones, porque tiene su negocio cerrado por vacaciones.

A José Ramón Pintado se le acumuló ayer el trabajo: las bajas laborales lo dejaron solo ante la subasta. Se pasó la mañana recibiendo a los anguleros limpiando, pesando y colocando la cría de la anguila. Antes de la subasta recordaba los "buenos tiempos", cuando los japoneses pagaban verdaderas fortunas por la angula. La prohibición de exportar la especie, en peligro, acabó con aquel tiempo de vacas gordas.

Durante la primera jornada de la temporada salió muy poca angula. "Había mucha Luna y también rosada, así que era de esperar", comentaba un naveto que se presentó en la rula con 545 gramos, la mayor entrega de la jornada. Los gijoneses Antonio León y Mariano Sainz entregaron 170 gramos capturados "a medias" en la playa España. El cangués José Manuel Fierros pescó 70 gramos en Ribadesella; Emilio Peñil entregó los 215 gramos que había capturado su hermano Pablo; y Bautista Zornoza, "Tisti", puso sobre la mesa 125 gramos de angula riosellana que le costaron cerca de 10 horas de trabajo, soportando temperaturas de hasta 4 grados. Poco premio.