El lobo sigue causando estragos en los montes de Amieva. Un nuevo ataque registrado en la sierra la pasada madrugada no ha hecho más que incrementar el malestar de los ganaderos de la zona. En esta ocasión el cánido se cobró como botín una becerra de tres años preñada, propiedad de la vecina de San Román Plácida Fernández.

Los ganaderos amievenses llevan meses denunciando los ataques a sus cabañas, que según su versión se habría incrementado considerablemente en los últimos dos años. "Estamos desesperados. No sabemos qué hacer. Si seguimos así vamos a tener que echar el cierre", se quejan los afectados, que reclaman a la Administración que tome medidas urgentes para controlar la fauna salvaje. Y es que el lobo no es el único quebradero de cabeza con el que tienen que lidiar. Los profesionales del sector aseguran que los jabalíes también están haciendo de las suyas por la zona desde que el coto de Amieva, gestionado por la sociedad Ríu Melón, suspendió su actividad de caza. El colectivo cinegético acordó este verano su disolución. El motivo del cese estaría en la negativa de varios socios a seguir pagando la cuota anual.