"Tener tiempo y mucha paciencia" son según José Ramón Ureta las claves para tomar una buena imagen de la naturaleza. El piloñés, que ayer participó en las XXXVIII Jornadas Culturales de Deportes de Montaña del Grupo Vízcares con una proyección de fotografías, expone esta semana algunos de sus mejores trabajos en la Casa de Cultura de Infiesto.
Electricista de profesión, Ureta cogió su primera réflex con 14 años. "Siempre hice mucha montaña pero hasta que se normalizó la fotografía digital no empecé a captar imágenes de naturaleza porque era caro el equipo y reproducirlas", explica. Desde entonces el piloñés recorre con su cámara medio mundo en busca de la imagen perfecta. Unos ciervos rojos captados en Reino Unido, unos quebrantahuesos de los Pirineos o unos osos de Eslovenia son sólo algunos de los animales que pueblan la colección que se puede ver en Infiesto.
En la muestra también hay espacio para la fauna autóctona. "Estoy experimentando con técnicas de alta velocidad y por eso aparecen varias aves fotografiadas en Piloña. A veces no hace falta irse tan lejos para conseguir una buena imagen", apunta. Como ejemplo pone los dos rayones que se encontró al salir de casa, que también se pueden contemplar en la exposición. La colección cuenta con un total de 14 fotografías tomadas en el último año. Una de las que más gustan a su autor es la protagonizada por un águila real y tomada en León. "Llevaba años intentando conseguirla.
Fueron muchas horas de observación las que tuve que echar", cuenta. Ureta señala que lo más difícil del proyecto es seleccionar las imágenes. "Del águila dispare quinientas y al final cuesta escoger una".
Las Jornadas Culturales de Deportes de Montaña del Vízcares continúan hoy a las ocho de la tarde en la Casa de Cultura de Infiesto con la presentación del libro "Stand Up Paddle Surf alrededor de los Picos de Europa" de Manuel Toral. El jueves llega el turno del espeleólogo Daniel Ballesteros y el colofón final lo pone la ponencia del alpinista vasco Alex Txikon, que este año intentó coronar el Everest en invierno y sin oxígeno.
