"No disfrutamos nunca de unas Navidades juntos en familia, ni de una fiesta, ni de un verano, ni de una Semana Santa, ni de nada", resaltó ayer José Bautista Gonzalo, "Tista", dueño junto a su esposa, Gloria Bada, del restaurante Casa Tista, en Toriellu (Ribadesella), uno de los "templos" gastronómicos de la comarca, famoso por sus platos de pescado y marisco. Para poder disfrutar de todo lo que hasta ahora se han perdido han decidido jubilarse. Él cumplió 65 años en abril, y ella tiene 62. Aseguran que están "muy cansados".

El negocio, de momento, está cerrado por vacaciones, y la sociedad limitada que ambos conforman, sin actividad. El descanso será largo, y quizá hasta definitivo: depende de si una de sus hijas, Gloria María, que tiene 38 años y lleva 21 ayudándo en la cocina, decide continuar. "Lo que siento es más que pena, más que tristeza. Sobre todo por los clientes. Por ese lado me gustaría que mi hija continuara con el negocio. Pero por otro no me gustaría que ella quemara la vida completa como hicimos nosotros", señaló ayer Tista Gonzalo.

El empresario sabe que para que el negocio continúe se requiere que siga siendo familiar. Y eso obliga a que haya, "como mínimo, uno de la familia en la cocina, y otro con los clientes". Asegura que es un trabajo "muy duro". Este verano, cuando ya estaba jubilado, se volvió a dar de alta porque hacía falta en la cocina. Asegura que casi se deja allí la vida. Han llegado a contar 207 comensales a la vez, pero destacó que si se echan bien las cuentas "no se gana para pagar impuestos, no merece la pena".

Ahora el matrimonio quiere "relajarse" y "disfrutar". Se irán a Galicia unos días, luego a Madrid, donde vive su otra hija... Quieren, sobre todo, estar con sus hijos y nietos, en familia. Después, "ya se verá". Han resuelto el pago a sus empleados: eran en total siete personas trabajando en invierno, nueve o diez los fines de semana y puentes festivos y hasta trece durante los veranos.

El restaurante Casa Tista abrió en 1961, de la mano de los padres de Tista Gonzalo. Tras morir su padre y jubilarse su madre, Tista y Gloria se hicieron cargo del negocio, en 1992, y lo ampliaron. Un cuarto de siglo después han dicho "basta, hasta aquí llegamos".