Ver el funcionamiento desde dentro de una ambulancia real, con su desfibrilador, camilla, silla de ruedas y bombonas de oxígeno. Eso es lo que pudieron hacer ayer unos cuarenta alumnos de infantil del Colegio Público Reconquista de Cangas de Onís.

Los niños de cuatro años estudiaron durante el primer cuatrimestre del curso la temática de los primeros auxilios y quisieron poner en práctica lo aprendido en el papel. La colaboración de las mamás Laura Valdés y Susana Hernández, enfermeras del hospital Grande Covián de Arriondas, fue fundamental. Ellas se pusieron en contacto con la Fundación del Transporte Sanitario, que no tuvo problema en mandar una ambulancia al centro. La actuación se enmarca dentro del programa "Enseñando a salvar vidas, enseñando a salvar corazones: el valor de los primeros intervinientes" .

Los especialistas comprobaron que los menores del centro cangués tenían la lección bien aprendida: sabían que en caso de emergencia hay que llamar al 112 y que no hay que tener miedo a los médicos, auxiliares y enfermeras porque "son especialistas en quitar los dolores", apuntaron jóvenes como Daniel Rakicevic. La mayoría de los estudiantes concluyeron la jornada con la satisfacción de haber hecho sonar la sirena de la ambulancia y con la promesa de convertirse en el futuro "en médicos de verdad".