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La iglesia de Moru esconde "un guapísimo pantocrátor", destacan los vecinos

La última fase de rehabilitación del templo dejará al descubierto, entre otras imágenes, una de los cuatro evangelistas y otra de un cielo nocturno

El sacerdote José Ramón Orviz, ayer, en la iglesia de Moru. CRISTINA MURUZÁBAL

El año que viene será una fecha importante en el pueblo de Nocéu, en el concejo de Ribadesella, porque es el momento en el que esperan terminar, por fin, todas las obras de restauración de la iglesia de San Salvador de Moru tras 10 años de empeño de los vecinos, que decidieron comenzar este proyecto por "responsabilidad". Lo único que falta para que las obras acaben es la restauración de las pinturas de la bóveda.

En esta ocasión, no habrá sorpresas, como pasó con las pinturas del testero que acaban de conocerse, porque como contó la presidenta de la Asociación Cultural Iglesia de Moru, Ana Fernández, se aprecia un "pantocrátor guapísimo, una figura preciosa". Además, explicó que los cuatro evangelistas parecen estar rodenando al dibujo porque "se puede ver perfectamente a San Mateo y el ángel". El último elemento es una Luna, lo que sugiere un cielo nocturno. La última fase de restauración costará "entre 30.000 y 40.000 euros", por lo que el total de las obras "va a superar los 200.000". Hasta ahora, se han arreglado las pinturas del muro sur, el exterior de la capilla mayor, la pintura del muro norte, la cubierta de la nave románica, el pavimento, las cargas de varios muros, el ábside, la sacristía y, este año, la pintura mural del testero, en el que ha aparecido una escena con varias personas trasladando un cadáver y un grupo que sale al paso bajo un arco coronada por un escudo franciscano.

Todo esto ha costado "una fortuna", que la asociación ha ido sacando de donde ha podido, gracias al Ayuntamiento, que este año colaboró poniendo la instalación eléctrica, a las donaciones de los vecinos y a las subvenciones, si bien es cierto que algunas han llegado tarde y no supieron hasta despues de acometer las obras si iban a disponer del dinero. Por eso, Ana Fernández recalcó que antes de iniciar la restauración de la pintura de la bóveda necesitan "saber qué ayudas va a haber", por lo que aún no hay una fecha concreta para iniciar las obras.

Cuando todos los trabajos concluyan, los vecinos habrán recuperado un templo que fue quemado durante la Guerra Civil pero que "nunca quisieron que se cerrara". De hecho, Fernández recordó que de niña solía ir a las celebraciones en la iglesia de Moru "con paraguas" porque el techo estaba "destrozado", pero nadie estaba dispuesto a dejar que el lugar se perdiera.

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