Todo apunta a que la parroquia rural de Villamayor, en Piloña, se quedará este año sin su tradicional belén. El motivo: la Comisión de Festejos e Iniciativas de Villamayor (Cofivi), que desde hace más de dos décadas impulsa la iniciativa, se encuentra al borde de la extinción.

El hasta ahora presidente, Andrés Rojo, manifestó su cansancio y deseo de dar paso a "savia nueva" tras 25 años ininterrumpidos en el cargo, a los que suma otros dos presente en una antigua gestora. "Las vecinos siempre colaboran mucho indirectamente, pero lo que es en la comisión cada vez quedábamos menos trabajando de forma activa, y esto conlleva demasiado esfuerzo", se excusa.

El plazo para presentar candidatura y renovar la directiva se cerró el 4 de noviembre sin que nadie formalizara su inscripción. "Necesitamos gente joven que se anime a echar una mano, tal y como expusimos en las reuniones mantenidas en el último mes (la última tuvo lugar el pasado sábado). "De momento parece que nadie se atreve a tirar por el carro y es una pena", se queja.

Las fiestas del Corpus Christi en junio o la cabalgata de los Reyes Magos son sólo algunas de las muchas iniciativas que el colectivo ponía en marcha a lo largo del año para dinamizar Villamayor, una localidad un tanto deprimida tras el cierre definitivo de la fábrica de Chupa Chups en 2011.

Pero lo que más fama otorgó a Cofivi en la comarca era el "belenón" que cada año montaba en los bajos de una entidad financiera piloñesa. Cientos de personas de toda la región visitaban el nacimiento en Navidad. Entre ellos, los estudiantes de colegios e institutos de los alrededores.

El diseño corría a cargo del hermano de Andrés, Rafael Rojo, que con mimo preparaba durante meses las instalaciones para recrear una pequeña Palestina en Villamayor.

Al conjunto no le faltaba detalle: contaba con un circuito que hacía correr el agua del río, permitía que amaneciera y anocheciera y hasta que bajara del cielo el mismísimo Ángel de la Anunciación tras una tormenta, todo ello acompañado por una envolvente banda sonora.

En sus cuarenta y tres metros cuadrados aparecían en movimiento más de cien personajes, entre los que se encontraban herradores, panaderos, pescadores, oliveros o molinos de agua y de viento.

El diseñador del belén monumental de Villamayor lamenta la disolución en ciernes de Cofivi y confía en que una nueva comitiva tome pronto las riendas para seguir con proyectos como el del nacimiento. "Yo es que este año estuve de baja hasta ahora y no estoy del todo bien", indica.