Diez años han pasado desde que Luis Carlos Pardo y Dorothy Gillett decidieran ponerse de acuerdo para comenzar juntos el que hoy es el conocido coro "La Fuentina" de Ribadesella. Diez años en los que ha habido momentos mejores y peores, pero en los que no han faltado la música ni las ganas de seguir creciendo. En este tiempo, el coro se ha renovado y quienes lo fundaron ya se desvincularon de la agrupación, pero sus sucesores han puesto empeño en modernizarse para llegar a más gente, sobre todo al público joven.

Y es que, como contó el secretario de la asociación, Luis Miguel García Cano, desde hace dos años la actual directiva está dando pasos para "acercarse más a toda la gente de Ribadesella" y a los jóvenes en particular. Tras la etapa "más difícil" del coro, con la dimisión de la anterior directiva en 2015, y recibir varias críticas "incluso por parte de otros coros", se recuperaron con la llegada de la nueva junta y la nueva directora, Begoña María Estrada. Desde entonces, aumentaron su presencia en las redes sociales y mejoraron su forma de cantar y su repertorio para "representar a Ribadesella" allá donde actúen.

"La Fuentina" es "embajador" de su tierra y a lo largo de estos años la ha llevado por bandera en numerosos lugares. García Cano guarda especial recuerdo de las actuaciones en Vitoria y, sobre todo, el Centro Penitenciario de Villabona, donde una Navidad acudieron "para entretener a los presos".

Y si en diez años han tenido que renovarse para llegar hasta donde han llegado, no están dispuestos a estancarse ahora. García Cano comentó dos proyectos muy ilusionantes que quieren poner en marcha. Uno tiene que ver con la promoción del coro en los colegios riosellanos para atraer a las nuevas generaciones y asegurar así un relevo. Otro es más ambicioso y para desarrollarlo necesitan "el apoyo del Ayuntamiento y los hosteleros". Su intención es crear un festival en el que participen coros españoles para atraer turismo al concejo fuera de temporada. "La Fuentina" cumple diez años con el deseo, como indicó García Cano, de "llegar a los veinte".