Acabar con el "minifundio" y las parcelas de "imposible gestión mecanizada" para conseguir fincas de mayor superficie, más fáciles de trabajar fue el objetivo de la concentración parcelaria de las localidades de Avín, La Robellada y El Pedrosu, en el municipio de Onís. Un proyecto cuya ejecución implicó una inversión de 1,3 millones de euros y que afectó a una superficie total de 302 hectáreas de terreno. El resultado, las 967 parcelas existentes anteriormente se han convertido en 373 fincas, cuyos 219 dueños recibieron ayer sus nuevos títulos de propiedad en Benia, de manos de la consejera de Desarrollo Rural, María Jesús Álvarez, y el alcalde local, José Manuel Abeledo.

Además de conseguir que la "base territorial de las explotaciones", mayoritariamente prado y pastizal, tengan seguridad jurídica, el objetivo fue acabar con la dispersión y el minifundio, que dificultaba "una gestión propia del siglo XXI, mecanizada", indicó la Consejera. Asimismo se ha creado una "buena red de caminos" que suman 18 kilómetros de longitud y que supone una mejora de los accesos tanto a las explotaciones como a los pueblos", resaltó la responsable de Desarrollo Rural.

Sirviella y Talaveru

La Consejería sigue trabajando: ya prepara la concentración parcelaria de Sirviella y Talaveru, que afectará a 228 hectáreas de terreno y a 159 propietarios, que en la actualidad se reparten 562 parcelas. La de Sirviella y Talaveru será la cuarta concentración parcelaria que se acometa en el concejo oniense, pues anteriormente se ejecutaron las de Las Bobias y Demué, que afectó a 224 hectáreas de terreno, y la de Gamonéu, que obligó a intervenir sobre 73 hectáreas. En total, la Consejería de Desarrollo Rural ha concentrado 599 hectáreas de suelo en Onís, en las que antes de la intervención había un total de 2.238 parcelas, la mayoría de ellas de pequeño tamaño, que ahora se han convertido en 764 fincas de 453 propietarios diferentes.