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Piloña, tierra de kiwis

Los agricultores celebran la creciente demanda del fruto y estiman que en pocos años superarán las 400 toneladas de producción en el concejo

Loli Espina, en la máquina de calibrado, ayer. C. CORTE

Piloña es tierra de asturcones, de avellanas y ahora también de kiwis. Sólo en la Vega d'Aguín, en Miyares, se recolectaron este año más de 200 toneladas del fruto, que estos días está siendo clasificados junto a la explotación, en una nave de nueva construcción. Allí se calibran y se lavan para ser comercializados dentro de un mes en mercados de Madrid y Galicia. Los terrenos de Aguín, orientados al sur y donde parece existir un microclima, permiten que el fruto madure dos semanas antes que los de otras explotaciones asturianas como las de Soto del Barco.

Manuel Cimas, impulsor de la plantación, asegura que el cultivo "va en aumento pero lentamente" desde que lo puso en marcha en 2002. La finca de Vega d'Aguín cuenta con 11,5 hectáreas plantadas después de que se ampliaran 1,5 hectáreas más este año. La previsión de es la de crecer próximamente hasta las 15 hectáreas.

Cimas no es el único emprendedor que apuesta por el kiwi en Piloña. En Antrialgo, la vecina Inmaculada Pérez puso en marcha una plantación en ecológico en 2006. "Estamos contentos, al principio fue muy duro y lo pasamos mal, costaba vender en ecológico pero en la actualidad hay demanda", explica la mujer, que trabaja en la ampliación ce media hectárea más. La agricultora lamenta las trabas impuestas por las administraciones públicas que, según su versión, le impiden desde hace más de cuatro años la construcción de un tendejón donde almacenar sus herramientas.

Sólo con las ampliaciones de Cimas y Pérez, sin tener en cuenta a otros particulares, la producción podría alcanzar las 400 toneladas en pocos años en Piloña. La distribución total de kiwis del concejo la realizan los dueños de la finca Vega d'Aguín.

Los propietarios realizaron una inversión superior a 500.000 euros el año pasado para comercializar directamente al mercado el producto y han alquilado uno de los almacenes de la fábrica de Chupa Chups en Villamayor, donde previsiblemente irán ampliando la superficie en próximos ejercicios. Las inversiones y los acuerdos alcanzados permitieron duplicar la plantilla hasta los diez trabajadores. La empleabilidad cada vez estaría menos sujeta a la estacionalidad al requerirse cada vez más operarios para realizar trabajos de mantenimiento de la finca como podas o nuevos amarres.

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