"Estoy cumpliendo pequeños sueños". Ese es el momento de su vida por el que está atravesando la canguesa Triana Martín Valdés. La joven, de 31 años, finalizó sus estudios en Turismo y Finanzas para trabajar en el hotel que regentan sus padres, pero sentía que aquello no le "llenaba" y tras "pensárselo mucho" y darle varias vueltas, decidió "hacer las maletas" e irse a Madrid para perseguir el que realmente era su sueño: el diseño de moda. "Fue una decisión difícil, volver a estudiar no es fácil pero mis padres me apoyaron y decidí hacerlo", recordó. Y ahí comenzó el viaje que ahora le lleva a abrir una tienda y un pequeño atelier con los que está "ilusionada" en su Cangas de Onís natal.
Triana Martín se dio cuenta de que la moda podía ser su forma de vida casi por casualidad. "En los cumpleaños, empecé a regalar camisetas y sudaderas diseñadas por mí y la gente me las empezó a pedir", recordó. A partir de ahí todo fueron clases y estudio para prepararse y adentrarse más en el mundo que le apasionaba. Pero su gran impulso llegó el año pasado casi sin querer. Un día, en la universidad, escuchó a dos compañeras, también asturianas, hablar del certamen de Jóvenes Diseñadores del Salón de la Moda de Asturias y la casualidad quiso que Martín tuviera una colección preparada, resultado de un trabajo para una de sus clases. "Me apunté porque ya tenía la colección, era mi primer desfile y estaba alucinando con todo, fue una gran experiencia", comentó. La colección en concreto, llamada "Two Be", reflejaba la dualidad humana, las dos caras que tiene todo el mundo según el ambiente en el que se encuentre. Precisamente por ser el primer desfile en el que participaba, Martín solo tenía en mente "disfrutar de la experiencia". Pero su talento conquistó al jurado, que la proclamó Mejor Joven Diseñadora de Asturias y fue la encargada de representar a la región en el Premio Nacional a "Mejor Diseñador Joven de Moda" que se celebró en Alcalá de Henares. Un premio que no se esperaba "para nada" y que supuso el empujón que necesitaba.
Con el respaldo de este título, la gente empezó a conocerla y a hacerle encargos para fiestas. "Yo aún estaba estudiando, pero estaba encantada con que la gente me pidiera cosas, así que venía a Cangas los fines de semana, me hacían los pedidos, cosía y los preparaba en Madrid durante la semana compaginándolo con los estudios y los volvía a traer ya terminados los fines de semana", contó de su ajetreado ritmo de vida. Incluso una chica se le acercó un día para preguntarle si se "atrevería" a hacerle su vestido de novia. Fruto de todos estos encargos, a Triana Martín se le ocurrió ampliar el tipo de ropa que diseñaba y, aunque continúa creando prendas más casuales, ya tiene preparada una línea de trajes de fiesta y vestidos de novia. Todo un cambio al que la gente está "respondiendo muy bien" enviándole fotos llevando sus diseños y realizando muy buenas críticas de su trabajo. Ese es el mejor premio que puede recibir porque, como ella misma confesó, está donde está "por la gente".
Ahora, Triana Martín emprende un nuevo reto con la apertura de su tienda y su atelier para seguir desarrollando su marca, TMV Brand, e intentar seguir creciendo en un mundo "tan complicado como es la moda". Su próximo objetivo es empezar a comercializar su nueva línea de prendas de fiesta y seguir dándose a conocer en la región por el "trato personalizado" que ofrece a cada cliente "para que se quede a gusto" con su trabajo, aunque no cierra la puerta en el futuro a presentarse a nuevos concursos por toda la geografía española.
