A la Asociación de Amas de Casa de Ribadesella le queda mucha vida por delante. Cuando Carmina González, la única socia fundadora que queda con vida, comenzó, allá por 1973, con la idea de crear un espacio para que las mujeres del concejo riosellano pudieran salir de casa y juntarse para realizar actividades no podía imaginar lo viva que seguiría hoy, 44 años después. "Empezamos yendo a Oviedo a hacer cursos de costura y cosas así. Luego empezamos con la asociación, porque muchas mujeres de Ribadesella casi ni salían de casa y era una manera de pasar el tiempo", recordó ayer González, durante la comida de Navidad. Lo que empezó como una afición, poco a poco fue creciendo y hoy cuenta con más de cien socias.
Fueron muchas las asociaciones de amas de casa que, como la suya, surgieron en Asturias. Todas ellas terminaron por desaparecer. "Todas, menos la de Ribadesella", presume Carmina González. Si bien es cierto que en los últimos años el número de socias no está creciendo al ritmo que querrían y que el relevo generacional natural no se está dando, la actual junta directiva no tiene pensado echar el cierre. "Hacemos muchas actividades a las que sí que vienen mujeres jóvenes, pero luego, a la hora de hacerse socias, prefieren no comprometerse", señala Ángeles Martín. Los tiempos están cambiando y la razón, como apunta Martín, podría ser que "ahora muchas mujeres trabajan". Eso sí, para Mari Luz Sotelo, miembro de la junta directiva, la agrupación sigue "teniendo sentido" y promete que "mientras viva, la asociación seguirá adelante".
A pesar de su optimismo y su entusiasmo, también son conscientes de que necesitan que lleguen nuevas socias y, sobre todo, que haya gente dispuesta a continuar al frente, ya que quisieron renovar a la junta directiva hace unos meses y no hubo nadie dispuesto a dar el paso, por lo que se vieron obligadas a repetir en sus cargos. Ese es el objetivo principal que tienen en los próximos años, atraer a amas de casa jóvenes mediante su oferta de talleres y actividades.
