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Tercer socavón en la autovía en Llanes en año y medio, apenas tapado el segundo

El nuevo hundimiento dista un kilómetro del anterior, junto a un viaducto de Buelna, en el tramo acabado a toda prisa para concluir la Transcantábrica

Tercer socavón en la autovía en Llanes en año y medio, apenas tapado el segundo

Cuando aún no se ha terminado de reparar el socavón localizado en la autovía del Cantábrico a la altura de uno de los viaductos de Buelna, en Llanes (falta por pintar parte de las líneas de la calzada en este lugar), ya se atisba un nuevo trabajo de remiendo para los empleados de mantenimiento de la vía. A un kilómetro escaso de este punto, dirección Oviedo, es visible un nuevo hundimiento de la calzada inaugurada en agosto de 2014 por la por aquel entonces ministra de Fomento (hoy presidenta del Congreso de los Diputados), Ana Pastor. El nuevo socavón se encuentra muy cerca del surgido en esta misma calzada junto al viaducto de arroyo Novales en la primavera del año pasado.

Y es que las prisas por terminar el archifamoso tramo de la autovía del Cantábrico entre Llanes y Unquera hizo que durante los meses previos a que se cortase la cinta de los dos últimos subtramos de la transatlántica (Ana Pastor inauguró el Pendueles-La Franca el 7 de agosto de 2014 y Mariano Rajoy el La Franca-Unquera hoy hace justo tres años) se trabajase a un ritmo "excesivamente rápido y sin las garantías suficientes para asegurar un perfecto acabado de la obra, según algunos de los operarios. "Lo que está pasando con los hundimientos es algo con lo que se contaba. Se trabajó contrarreloj para inaugurar la autovía y las prisas está comprobado que no son buenas. En los próximos meses nos tememos que saldrán muchos más hundimientos y argayos", señaló una persona que trabajó en las obras de la Transcantábrica.

El nuevo bache está a unos 1.300 metros del nudo de la autovía que da salida hacía Pendueles y Vidiago en dirección Oviedo. Una señal de peligro y otra que obliga a reducir la velocidad hasta los 100 kilómetros por hora advierte a los conductores de su existencia. El blandón apareció a 150 metros del monolito situado en el kilómetro 283 de la vía, que sirvió para que las autoridades pusiesen en marcha, con la parafernalia y los fastos habituales, el subtramo Pendueles-La Franca.

Mientras, a escasos kilómetros de este lugar, siguen los trabajos para retirar el argayo de la nacional 634 entre El Peral y Bustio, en el concejo de Ribadedeva. En esta zona, conocida como Villasola, se trabajó a un ritmo frenético durante todo 2014 para socavar la ladera y poder encajar en la misma la caja de la autovía (por la parte superior transita la carretera nacional que sufrió un cambio de trazado durante las obras de la Transcantábrica). Durante casi un kilómetro, y regulado por sendos semáforos, el tráfico por este lugar se lleva a cabo por un único carril a la espera de que durante las próximas semanas se den por finalizadas las obras tras medio año de trabajo (el desprendimiento tuvo lugar en junio).

En El Peral, un argayo localizado en marzo de 2016 obligó a cortar un carril sentido Santander durante varios días mientras varias palas retiraban los materiales desprendidos. En el concejo de Llanes se trabaja también estos días para eliminar otro bache en el kilómetro 309 de la A-8 (sentido Santander), entre Nueva de Llanes y Naves.

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