La Fundación Residencia Faustino Sobrino vivió en octubre una gran polémica cuando el gerente exigió al patronato el cese de la monja que actuaba como directora por la, a su juicio, mala administración del centro. Ésta recibió el apoyo de numerosos llaniscos en forma de manifestaciones.

La Fundación soporta desde 1993 pérdidas anuales de 300.000 euros.