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Constantino Rodríguez: "Vivo los partidos al cien por ciento y tengo mal perder"

El futbolista Constantino Rodríguez Melendi -Tino" para los amigos- recibe el próximo viernes el premio a la mejor trayectoria, máximo galardón que concede el Ayuntamiento de Piloña en su gala anual de deportes. Pese a que lleva a sus espaldas un currículum brillante, que incluye su paso por la Segunda División con el Leganés a los veinticinco años, "Tino" asegura que el reconocimiento le pilla por sorpresa. "Fue totalmente inesperado, no sabía que Ramón el del polideportivo había presentado mi candidatura. Me siento contento y agradecido de que se acuerden de mí", aseguró.

"Tino" comenzó a jugar a fútbol siendo niño en su pueblo natal, Valle (Piloña). A los quince años se federó para entrar a formar parte del Club Deportiva Piloñesa, donde entrenó a las órdenes de Toño Calvo. Era el segundo de cinco hermanos que habían heredado la pasión por el deporte rey de su progenitor, el portero Sebastián Rodríguez.

A los diecisiete fichó por el Siero: siendo juvenil le permitieron disputar varios partidos en la categoría absoluta, en Tercera División astur-cántabra. "Guardo buenos recuerdos de esa etapa", afirma. Y eso que ir a entrenar no era fácil. Su abuelo, Titi el municipal, se ponía junto a la sidrería El Puente a parar a los coches que salían de Infiesto para ver si alguno que pasara por la Pola podía llevarlo.

A estos dos clubes le siguieron otros once como lateral izquierdo: el Vetusta de Oviedo, la Ponferradina, equipos de Avilés, Llanes... y hasta hoy, que cumple su tercera temporada consecutiva con el equipo de fútbol sala "San Antonio" de Cangas de Onís. En este concejo reside desde hace más de dos décadas por amor. El mismo amor que lo llevó a dejar el Leganés para volver a Asturias y disfrutar de su hijo recién nacido, Ricardo, que a los 24 años sigue los pasos deportivos del progenitor y atesora el título de máximo goleador de primera juvenil con cuarenta tantos. "Estar en Segunda fue una experiencia increíble pero echaba de menos a mi familia y decidí dejarlo. Guardo grandes amigos de aquella etapa que suelen visitarme cuando vienen a la región", ejemplifica. Su otra hija, Luisa, de 12 años, también vive intensamente el deporte aunque prefiere el voleibol.

En cuanto a "Tino", a sus 48 primaveras la idea de colgar las botas cada vez cobra más fuerza. "Siempre digo que lo dejo. Al final no lo hago porque me presta, vivo los partidos al cien por ciento y tengo mal perder", confiesa.

A la entrega de premios, que tendrá lugar a las ocho en la Sala Polivalente, acudirán familiares como su cuñado Pirri Mori, ex jugador del Atlético de Madrid.

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