Carreña acoge la sede del Consejo Regulador del queso de Cabrales, el producto por el que este concejo ubicado en pleno corazón de los picos de Europa es mundialmente conocido. El centro neurálgico del manjar está en un edificio público que comparte sede con el salón de plenos del Ayuntamiento y el centro de salud.

En el Consejo Regulador se trabaja, durante todo el año, para vigilar que las veintiocho queserías que producen este lácteo (veintisiete están situadas en el concejo de Cabrales y una en el vecino municipio de Peñamellera Alta), elaboren un producto dentro de los márgenes de calidad estipulados. Este organismo suministra las contraetiquetas a las queserías una vez que estas y las ganaderías encargadas de producir la leche con el que se fabrica este producto pasan las correspondientes auditorias (dos las queserías y una las ganaderías a lo largo del año).

Las catas que hacen quince personas para certificar la calidad de los productos que llevan la etiqueta de la denominación de origen Queso Cabrales se llevan a cabo, también, en las dependencias de este lugar. El año pasado, a falta aún de datos oficiales, la producción del cabrales rondó los quinientos mil kilos de queso, una cifra similar a los 495.000 kilos con los que se cerró el ejercicio de 2017.

Colaborar con el Ayuntamiento en la organización del Certamen del queso de Cabrales, el principal evento de cuantos tienen lugar a lo largo del año en el concejo, es otra de las funciones de este organismo.