"Lo que le pasó a Carmen es más que una pena, es una desgracia". Los vecinos de Peñamellera Baja se reunieron al mediodía de ayer en la iglesia parroquial de Panes para despedir a Carmen Ibáñez, la mujer de 86 años que el pasado lunes perdió la vida en el barrio de Toral, cerca de Colosía, al caerle encima una paca de hierba. La iglesia se quedó pequeña para albergar a la multitud que quiso acompañar a sus familiares en estos momentos tan duros porque, como coincidían todos, el recuerdo que deja Carmen es "inmejorable".

Uno de los allí presentes que más sentía la pérdida de Carmen es Vicente Simón, su vecino más cercano. "Mi hermana no me dijo nada de lo que había pasado esa noche para que cenara, y cuando me lo contó me quedé muy impresionado", relata. La recuerda como una mujer "muy activa" y destaca de ella, sobre todo, lo "buena vecina" que fue siempre.

Para Sabino Sánchez, la muerte de Carmen es "injusta". "Era muy trabajadora y peleó mucho en la vida", recuerda. Además, recalca que gozaba de "muy buena salud", por eso el accidente está afectando tanto a los que la conocieron. Por su parte, Juan Antonio Verdeja, quien fuera su vecino durante muchos años, dice que guarda un recuerdo "inmejorable" de la fallecida y que fue siempre "una gran vecina".

Todos querían destacar el carácter trabajador de Carmen Ibáñez, su simpatía y su amabilidad. María Dolores Noriega la califica como una persona "emprendedora, trabajadora y familiar" y dice que la recuerda "siempre ayudando a todo el mundo". Y no solo sus vecinos sentían su pérdida, también otras personas que, sin compartir el día a día con ella, la conocieron y quisieron despedirse. Ese es el caso de Montserrat Ruiz, a cuyo comercio solía ir Carmen. "Siempre estaba alegre y con una sonrisa en la cara", recuerda. Todos, amigos y conocidos, pudieron despedirse ayer de Carmen Ibáñez, una mujer que deja muy buen recuerdo.