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Los expertos avisan: los fuegos serán cada vez mayores y más peligrosos

Investigadores de Infiesto aconsejan implicar a la población rural en la prevención

Presentación del estudio sobre saberes campesinos en la prevención de incendios en Infiesto. C. CORTE

Los incendios en el oriente de Asturias son cada vez mayores y más peligrosos. Son algunas de las conclusiones a las que llega el estudio sobre saberes campesinos en la prevención de incendios que ayer se presentó en el Centro de Formación Profesional de la Madera "El Prial" de Infiesto.

El proyecto, dirigido por las expertas en agroecología Irene Roces y Verónica Sánchez, fue sufragado con fondos de la Confederación de Centros de Desarrollo Rural (Coceder). La investigación se centró en la relación entre la crisis del mundo rural y la evolución de los incendios forestales en el oriente de Asturias en los últimos años, que tuvo un momento crítico en diciembre de 2015.

El estudio se puso en marcha en agosto de 2016 y en el mismo participaron tres grupos de discusión, dos de ellos en Infiesto y el último en Cangas de Onís. Tras entrevistar a más de una treintena de personas, entre las que figuraron guardas del medio rural, bomberos, representantes de la administración pública o ganaderos, las responsables llegaron a varias deducciones, a saber: que los incendios forestales en Asturias son un conflicto socioecológico vinculado a la crisis sociocultural del medio rural.

Más: la enajenación de los montes de las comunidades locales ha generado un clima que impide que el monte sea percibido como algo propio que hay que cuidar y favorece la desafección a las normas, percibidas como algo impuesto y lejano. A esto se sumaría la falta de políticas de sensibilización de la población rural, que influiría negativamente en esa percepción de las normas.

Entre las conclusiones ayer presentadas en Infiesto también se destacó la ausencia de participación de la población local en la elaboración de normativas forestales y en su aplicación, lo que supone que "muchas veces no se encuentran adaptadas a la realidad específica de cada zona".

A juicio de las investigadoras, las alternativas tienen que plantear nuevos modelos de manejo del territorio adaptadas a la realidad actual pero manteniendo parte del conocimiento del pasado. Roces y Sánchez hicieron hincapié en que las claves de las experiencias exitosas contra incendios residen en la vinculación de la población local con el mantenimiento de su territorio y la realización de actividades preventivas conjuntas adaptadas a la realidad de ca da zona.

En cuanto a las propuestas de mejora realizadas, estas se estructuran en cuatro ámbitos: prevención, ordenación del territorio, aprovechamiento y gestión del monte y participación de la sociedad. A este respecto salieron ideas como la de volver a convocar al Consejo del Fuego, incluyendo organizaciones rurales y ganaderas. Fomentar el asociacionismo forestal y ganadero o las juntas vecinales fe gestión de montes fueron otras de las iniciativas sugeridas junto con la puesta en marcha de procesos participativos concretos como consultas, planes de prevención participados o trabajo en red.

Las impulsoras del proyecto defienden que una gestión forestal sostenible es una oportunidad para fijar población, gracias al buen aprovechamiento de recursos como la madera. A esto suman otras ventajas como el fomento de la biodiversidad que a su juicio, no se deberían dejar escapar.

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