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Un laboratorio alemán estudia restos de ADN de la necrópolis de Argandenes

La investigación aportará detalles sobre la alimentación, procedencia y movilidad de los pobladores con los datos de una veintena de cadáveres del yacimiento piloñés

Un laboratorio alemán estudia restos de ADN de la necrópolis de Argandenes

La investigación de la necrópolis de Argandenes, en Piloña, da un paso de gigante. Un estudio biomolecular coordinado por el doctor Domingo Carlos Salazar García, de la Universidad del País Vasco, permitirá conocer mejor el estilo de vida de al menos una veintena de cadáveres encontrados en el yacimiento piloñés.

El análisis de piezas como las dentadura de quienes se enterraron en Argandenes entre los siglos V y VII aportarán datos hasta ahora desconocidos como su alimentación, procedencia o movilidad territorial. El equipo multidisciplinar que lidera el arqueólogo Rogelio Estrada resolverá gracias al estudio del ADN interrogantes como si los individuos guardaban o no estrechas relaciones de parentesco.

Los investigadores sostienen que se trata de un proyecto complejo, con varias facetas, que tardará años en ejecutarse por completo. Son varios los laboratorios implicados: el de la Universidad de País Vasco y Valencia, la Universidad de Cape Town (Ciudad del Cabo, Sudáfrica) y la Sociedad Max Planck para la Promoción de la Ciencia (Alemania). Esta última, Premio Príncipe de Cooperación Internacional en 2013, costeará el estudio de ADN. La recogida de muestras tendrá lugar en los próximos meses y se hará con técnicas de microperforación poco destructivas. El coordinador del estudio biomolecular, cuenta con prestigio internacional. Domingo Carlos, es doctor por el Instituto Max-Planck y la Universidad de Valencia. Licenciado en Medicina y en Historia, realizó el DEA en Fisiología Humana y los Másteres de Medicina Forense y Patrimonio Cultural Arqueológico antes de doctorarse. Sus líneas de investigación principales son la alimentación y el uso del territorio en poblaciones pasadas.

La Sociedad de Estudios del Piloña, impulsora de las excavaciones de Argandenes, confía en poner en marcha nuevas investigaciones para encontrar el asentamiento en el que moraban quienes se enterraron en la necrópolis. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Universidad de Oviedo y el respaldo financiero del Ayuntamiento de Piloña, que en los últimos presupuestos municipales reservó partidas de varios miles de euros para la causa.

La primera campaña se puso en marcha en Argandenes en noviembre de 2010, después de que las obras para instalar un depósito de agua en el paraje conocido como Lladresa dejaran al descubierto algunos restos. El yacimiento es único por varios motivos: no hay otro panteón de este periodo en la cornisa cantábrica peninsular, pues son más propios del entorno urbano de la fachada levantina.

Más: los trescientos objetos encontrados junto a los restos óseos avalan la teoría de una gran circulación de gente y mercancía en la zona y sirven para arrojar luz sobre una etapa poco conocida como es el periodo anterior a la formación del reino de Asturias. El ajuar hasta ahora encontrado incluye un kurzsax (espada corta de hierro de un solo filo), una cruz de bronce, hebillas con plata, cuentas de collar de vidrio, apliques de oro de un cinturón o un pendiente de arete.

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