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El aguinaldu en Cazu permitirá participar a los casados ante la escasez de solteros

"Lo importante es mantener la fiesta", dicen en la organización, que seguirá con la norma de que todos los aguinalderos sean de la parroquia pongueta

Corredores participantes en el aguinaldu de la parroquia de Cazu. C. C.

Los solteros escasean en la parroquia pongueta de Santa María de las Nieves de Cazu. Por eso, los organizadores del tradicional aguinaldu acaban de tomar la decisión de dejar participar, por primera vez en su historia, también a los casados.

El cambio, según cuentan organizadores como Borja Cueto, está meditada y es fruto del consenso. "Creemos que lo importante es mantener la fiesta y que no se pierda, pasar un buen día en armonía con todos los vecinos de la parroquia y tratar de dar vida a la misma porque poco a poco todo se acaba", explicó. "Esperamos que la decisión tenga buena acogida", dijo.

No obstante hay una norma que seguirá vigente: la de que los participantes, tengan o no pareja, sean naturales de la parroquia o tengan raíces familiares en los pueblos de Sellañu, Cazu, Ambingue, Los Lladereros, Triviertu o Priesca.

La tradición de que los varones pidan a caballo el aguinaldo el domingo anterior al martes de Carnaval en Cazu es una de las más antiguas del concejo de Ponga. Hace décadas podían llegaban a participar hasta cuarenta corredores, según apunta Sergio Concha, que tiene 30 años y no se pierde un Aguinaldo desde los 16. En 2017 fueron sólo media docena y en esta edición habría uno menos con motivo del triste fallecimiento del joven Xurde Alas, quien el pasado octubre sufrió un aparatoso accidente de moto.

Los aguinalderos confían en que la medida de aceptar casados ayude a "revitalizar" la fiesta, que tendrá lugar el próximo 11 de febrero. La actividad comienza en la plazoleta de Cazu, a las once del mediodía y al grito de "¡Viva el aguinaldo! ¡Viva los aguinalderos!". Después los participantes visitan a caballo -hay un premio para el equino mejor engalanado- una a una las casas de la parroquia, donde los vecinos les reciben con víveres como embutidos, frixuelos, vino y tortilla.

Con el dinero recaudado -unos cincuenta euros de media por casa- los aguinalderos invitan unos días después a una comida a las mujeres solteras del pueblo.

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