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"Es una pasada", dicen los escolares al visitar Tito Bustillo en el año de su cincuentenario

Los más pequeños vuelven a llenar la cueva en la nueva temporada, para la que hay vendidas más de 5.100 entradas

Escolares realizando un taller de arqueología. C. M.

"50 años, es muy vieja". Eso es lo que opinan de la cueva de Tito Bustillo los niños del colegio avilesino Apolinar García Hevia, unos de los primeros privilegiados que han podido visitar la cueva con el inicio de la nueva temporada esta semana. Y es que, para estos jóvenes de apenas 9 años, 50 parecen un mundo aunque, como bien apuntaba uno de ellos, "en realidad es mucho más vieja, tiene miles de años".

Estos niños esperaban a la puerta ansiosos antes de entrar a conocer la cavidad de Ribadesella, una de las joyas del arte rupestre europeo. Ninguno de ellos había estado nunca y por eso la expectación era aún mayor. "Mi padre me dijo que es muy chula", cuenta Aitana del Rey. Además, en el colegio ya les habían explicado algunas cosas sobre la cueva. "Nos contaron quién la descubrió y que dentro hay pinturas rupestres", cuenta Andrés Hevia. "Es una de las cuevas más famosas del mundo", apunta por su parte Lucía González.

Lo primero, antes de entrar a conocer la cueva y todo lo que esconde, realizaron un taller de arqueología y visitaron el museo para aprender lo máximo posible en su visita a Ribadesella. Tras eso, por fin llegó el momento que tanto esperaban y pudieron entrar a conocer la misma cueva que hace 50 años descubrió el grupo de montaña Torreblanca.

Y, a la salida, sus expectativas se habían cumplido con creces y todos salían emocionados y contando con todo lujo de detalles todo lo que habían visto. "Hay un litófono, es una estalactita que está hueca y que produce música", cuenta Lucía González para demostrar lo atenta que ha estado durante la explicación.

Pero, sin duda, lo que más les llamó la atención y su parte favorita de la visita fue descubrir las pinturas rupestres que esconce la cueva, sobre todo las figuras del caballo y el reno. "Son unas pinturas increíbles, además hay una llama y, al moverse el fuego, parece que se están moviendo las figuras", explica emocionado Saúl Menéndez.

Todos ellos contaron que la experiencia había sido muy positiva y se quedan con ganas de volver. "El guía nos dijo que para ver la cueva entera hacen falta cuatro horas, pero yo me quedaría más", dice Treysi Torre.

Ellos han sido unos de los primeros privilegiados que han podido visitar la cueva en una nueva temporada, la del 50 aniversario de su descubrimiento, para la que ya hay vendidas más de 5.100 entradas. Para conmemorar este cincuentenario, ya se está preparando un calendario de eventos que arrancarán el 13 de abril con un concierto del Coro de la Fundación Princesa de Asturias y que se extenderán a lo largo de los meses.

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