"Era un amigo de los de verdad, es increíble el vacío que deja". La iglesia parroquial Santa María Magdalena de Ribadesella acogía en la tarde de ayer a los familiares, amigos y vecinos de Francisco Javier Hoyos Lizarraga, Javier "el aparejador", como era conocido, que acudían a despedirse de una persona cuyo nombre queda ligado para siempre al de la villa por ser uno de los impulsores de las famosas carreras de caballos que se celebran cada Semana Santa en la playa de Santa Marina.

Todos los que allí se encontraban no dudaron en resaltar la mayor cualidad de Hoyos, que era "gran amigo de sus amigos". "Era muy grande y una buenísima persona, siempre estaba ahí para todo el mundo, es una gran pérdida", lamenta Covi Rodríguez. Especialmente afectada se mostraba quien fuera su amiga durante muchos años, Dolores García. "Nos conocíamos desde hacía mucho tiempo. Era una persona que conseguía unirnos a todos, siempre estaba de buen humor y dispuesto a hacer planes y a ayudar a todo el mundo", recordaba García.

Otro de sus grandes amigos, Javier Mateos, destacaba de él que era una "gran persona y muy perfeccionista en todo lo que hacía". Un perfeccionismo que se vio en las dos grandes pasiones de su vida: la talla de madera, afición que comenzó a practicar tras su jubilación, y la hípica. En la próxima edición de las carreras "Playa de Ribadesella" Javier Hoyos estará, a buen seguro, en la memoria de todos.