Recuperar la emblemática iglesia de San Emeterio, situada en el espectacular paraje del mismo nombre en la localidad de Pimiango, se ha convertido en un objetivo de primer orden para el Alcalde de Ribadedeva, Jesús Bordás. En plenos trámites para que el inmueble sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC), junto a las ruinas del antiguo monasterio de Santa María de Tina, ayer anunció que pedirá al Arzobispado de Oviedo, propietario del templo, la cesión del mismo para que sea el Consistorio quien se encargue de acometer las tareas necesarias para rehabilitarlo de manera integral. La intención es lograr una cesión por espacio de unos cuarenta años. La ermita de San Emeterio data del siglo XVI.

"La iglesia no está en ruinas, pero pasa por una fase complicada y se requiere una intervención en la misma para evitar que se deteriore más. Es un inmueble muy antiguo y se hace necesaria una actuación amplia para evitar que en el día de mañana se venga abajo", explica el regidor.

Que la iglesia pase, por un tiempo, a ser propiedad pública es fundamental, según Bordás, para poder destinar a su arreglo fondos municipales o para solicitar ayudas para su rehabilitación en base, por ejemplo, al uno por ciento cultural y otro tipo de subvenciones. Revalorizar este lugar es, según el Alcalde de Ribadedeva, muy importante para Pimiango y para el concejo a todos los niveles. "Queremos que la iglesia siga teniendo un uso religioso y que sea también utilizada para acoger en su interior conciertos y actos culturales, lo cual puede ser interesante a nivel turístico", apunta.

La política de protección hacia los elementos patrimoniales del concejo entra de lleno en la acción de solicitar la cesión del templo para su rehabilitación. El Ayuntamiento considera que el entorno de San Emeterio es uno de los puntos de atracción turística más importantes de Ribadedeva. Su ubicación junto a la cueva del Pindal, su centro de interpretación y varios yacimientos arqueológicos, en un valle que invita al recogimiento religioso, entre el mar y la localidad de Pimiango, otorgan a la zona un incalculable valor paisajístico, pero también medioambiental gracias al bosque de encinares y acebuchales. Así se subraya en el escrito que ha remitido el Ayuntamiento al Arzobispado.

"Se trata de un icono de Ribadedeva. Considero que es una obligación por parte del Ayuntamiento mantener y mejorar los bienes culturales que tenemos", señala.