Escasas capturas durante la primera jornada de la costera de la xarda para los ocho barcos de la flota de bajura del puerto de Llanes. La poca presencia de verdel fue destacada por la práctica totalidad de los patrones y armadores de las embarcaciones que, a primera hora de la tarde, descargaban el poco pescado sacado a lo largo de la jornada. El malestar por el descenso del cupo para los 155 barcos asturianos, que este año tan solo podrán coger 1.355 toneladas (un veinte por ciento menos que durante la costera de 2017), estaba en boca de los pescadores.

El patrón mayor de la cofradía de pescadores Santa Ana de Llanes, Ángel Batalla, calificaba la jornada de ayer como de prueba (el lunes no salieron por el mal estado de la mar). Su barco, "El Sandra-María", cogió, aproximadamente, quince cajas de xarda que al peso se traduce en poco más de cien kilos. "Yo tengo un cupo de 16 toneladas. Calculamos que en unos dieciséis días lo terminemos. Aún no entró la xarda y la poca que había estaba mezclada con pelicato pequeño. Fue un fracaso", dijo.

En similares términos se expresó el armador de "El Reviru", Manolo Herrero. "Se pescó muy mal. Hay poca xarda y viene mezclada con otras especies como chicharro y caballa. Tenemos 3.000 kilos por hombre en mi barco, en total 15.000 kilos para toda la campaña. Para nosotros la costera de la xarda es una ruina. Se lucran de la campaña Cantabria y el País Vasco, que son los que más cupo tienen. Se debería repartir el cupo que le corresponde a España de manera equitativa entre las diferentes comunidades", indicó. Al igual que "El Sandra-María", la jornada se cerró para su embarcación con poco más de cien kilos pescados. "El futuro es negro", augura. Dice que no tiene sentido aplicar políticas que favorecen a los grandes barcos y que perjudican a la flota artesanal. "Antes la xarda era la principal fuente de ingresos para nosotros. Íbamos tres meses y pescábamos 150 o 200 kilos en la costera", manifestó.

El mal estado del puerto de la villa, donde existe la imperiosa necesidad de dragar en la zona de descarga, dificulta el trabajo de los barcos. "Es una vergüenza como está. Quedó a mitad de dragado. Los políticos nos prometieron que a finales de 2017 quedaría limpio. Estamos a mitad de marzo y aquí estamos, sufriendo como perros para poder descargar en el puerto", señaló Herrero.