El deporte riosellano está de luto. Ramón Callejón Berbes, vecino muy querido en el concejo y una de las piezas clave del Club Balonmano Ribadesella, falleció durante la madrugada de ayer a la edad de 53 años tras no haber podido superar una dura enfermedad, pero deja tras de sí un legado de tres décadas formando a jóvenes en el deporte que fue su vida, el balonmano.

La figura de Ramón Callejón está sin duda ligada al Club Balonmano Ribadesella, entidad a la que se dedicó en cuerpo y alma y que él mismo contribuyó a fundar y a convertir en lo que es hoy en día. El presidente del club y vicepresidente de la Federación Asturiana de Balonmano, Miguel Valdés, recuerda la figura de Callejón con mucho cariño. "Llevamos juntos 30 años, fundamos juntos el club. Yo empecé con esto del balonmano en Ribadesella en 1986 y él llegó un año más tarde, y desde entonces siempre juntos, le encantaba el balonmano y era su gran pasión". Como entrenador, explica que era "muy competitivo" pero que "siempre trataba con mucho cariño a todas las deportistas".

Además de su compañero, Valdés ha sido uno de los grandes amigos de Callejón. Por eso, esta pérdida es especialmente dura para él. "Es una de las mejores personas que conocí en mi vida", cuenta, emocionado.

Otra de las personas que ayer recordaban a Callejón era su hermano, Rafael. "Era muy querido por todos", dice, haciendo alusión a la multitud de personas que ayer se dieron cita en el tanatorio para estar con sus familiares en estos momento y despedirse de él.

Pero, sin duda, la persona que más va a echar de menos a Callejón es su mujer, María Jesús García, quien agradece las muestras de cariño que está recibiendo y que para nada le extrañan, ya que "Ramón no debía de tener ni un solo enemigo, era todo corazón". Además, destaca su carácter afable y bromista. "Estuvo de buen humor y haciendo bromas hasta el último momento, es una pena que se haya ido tan joven", lamenta.

Esta mañana, el cuerpo de Ramón va a ser incinerado en el tanatorio de Gijón-Cabueñes.