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San Sebastián: "Inicié a mi hijo en la montaña para inculcarle valores como el esfuerzo"

El escalador vasco de ochomiles, que se estrenó en los Picos con 16 años, se confiesa "un enamorado" de Asturias

"Ésta no es una historia de montaña, es una historia de vida". Así describe el escalador de ochomiles vasco Juanjo San Sebastián su conferencia titulada "El viaje", con la que clausuró ayer la XXI Semana de la Montaña de Cangas de Onís y en la que se abrió a todos los presentes para contarles su historia.

Para San Sebastián, su vida es "un viaje a través de experiencias y diferentes puntos de vista", una evolución personal que en su caso se ha dado con la montaña como marco, pero que, en su opinión, "se puede dar en otros ambientes". Así, su vida es una consecución de "aprendizaje y adaptación, búsqueda de modelos de inspiración y metas a conseguir".

Sin duda, en esa evolución personal de la que habló ayer, un capítulo que merece una mención especial, y así lo hizo el propio montañero durante la conferencia, es su viaje al K2 junto a su compañero Atxo Apellániz en 1994, la que sería su última aventura juntos y la que el propio San Sebastián califica como su experiencia "más dramática".

Tras haber coronado y cuando ya se encontraban bajando la montaña, el descenso se complicó y su amigo perdió la vida. Por su parte, a San Sebastián le quedarían secuelas de por vida tras aquel día, ya que perdió varios dedos. Sin embargo, aunque tuvo que aprender a disfrutar de la montaña de una forma diferente, esa experiencia no le hizo apartarse de ese mundo que ha sido y es su gran pasión.

De hecho, no sólo no se desligó de la escalada, sino que incluso decidió iniciar a su hijo en el deporte de montaña para "inculcarle los valores de este mundo, como el esfuerzo". Hoy, a sus 63 años, ya no escala pero vive la montaña y todo lo que tiene que ver con ella con la misma pasión que el primer día.

San Sebastián confiesa que estar en Asturias, y especialmente en Cangas de Onís, es muy especial para él porque es uno de los lugares que han tenido la culpa de su pasión por el deporte de montaña. "La primera vez que hice alta montaña fue con 16 años y fue, precisamente, en los Picos de Europa", cuenta. Desde entonces, sus visitas al Principado han sido diversas, a lugares como Quirós o Teverga. Se confiesa "un enamorado de todo el paisaje asturiano" y aunque viene todo lo que puede, no es tanto como le gustaría.

Su intervención supuso un broche de oro a esta edición de la Semana de la Montaña de Cangas de Onís, ya que su experiencia no dejó indiferente a quienes se congregaron para escucharle.

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