Lo que hace poco era un entorno idílico en pleno Valle Oscuru y una de las joyas paisajísticas del concejo de Llanes en su vertiente más oriental es ahora un lugar desolador. "Parece que por aquí ha pasado el huracán Katrina", exclaman vecinos y visitantes. La culpa la tienen las labores de una empresa maderera para talar el bosque ubicado en unos terrenos que pasan junto al camino que da acceso al molino del nacimiento del río Cabra, bosque compuesto por eucaliptos, en su mayoría, castaños y robles.
Parte del camino público ha quedado destrozado. La empresa maderera, confirmó ayer el Ayuntamiento de Llanes, inició los trabajos sin permiso. La tala se inició hace aproximadamente un mes y concluyó antes de la Semana Santa. La zona forma parte de la Ruta de los Colores.
El edil de Agroganadería y de la zona del Valle Oscuru del Ayuntamiento de Llanes, Javier Martínez (Foro), aseguró ayer que está en marcha el procedimiento para abrir un expediente sancionador a la empresa maderera que inició los trabajos sin permiso y sin depositar una fianza. Dicho permiso fue solicitado con los trabajos en marcha. Fueron los vecinos lo que alertaron al Ayuntamiento de lo que estaba pasando.
La pasada semana una pala contratada por el Consistorio realizó trabajos de urgencia para aminorar los desperfectos ocasionados en la vía pública en un tramo, según el edil de zona, de unos trescientos metros. La obra consistió en retirar las enormes rodadas creadas por los vehículos pesados que tomaron parte en la tala. En los próximos días se trabajará para compactar el firme del camino y limpiar los desagües de una antigua sangradera. "Si la empresa se niega a hacer estos trabajos los hará el Ayuntamiento y se les pasará la minuta", señaló Martínez.
La preocupación entre vecinos y visitantes es evidente. Víctor Manuel Pérez y Pedro Sobrino, integrantes de la junta vecinal, lamentan los desperfectos ocasionados. Los trabajos incluyeron la apertura de varios caminos en la finca privada que linda con el acceso al nacimiento del río Cabra, donde en su día funcionaron hasta tres molinos, uno de ellos restaurado.
"La gente está que arde. Tememos que el camino público se venga abajo nada más llueva fuerte por los trabajos que se hicieron en la tala", asegura Pedro Sobrino. "El impacto visual está ahí, pero se hizo sobre una finca privada. Desde la junta vecinal lo que pedimos es que se deje el camino como estaba. Aparte de que viene gente a ver la zona, hay vecinos que tienen fincas por ese lugar y pasan con tractores. Tememos que se pueda hundir por varias partes", indicó Víctor Manuel Pérez.
"Han devastado el camino de bajada, parece que estalló una bomba. Ha sido una monumental atrocidad. Los trabajos se hicieron sin ningún tipo de cuidado sobre el entorno. Cuando lo vi me daban ganas de llorar. La gente está preocupada", señala Javier Aguirresarobe, la persona que restauró el molino. "Lo ocurrido es un escándalo", apunta el lugareño Manuel Arenas.
