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JORGE MARTÍNEZ | Director del Instituto El Sueve de Arriondas

"Son deseables las Humanidades en el Instituto de Arriondas"

"La de impartir Bachillerato en el centro no es una reivindicación nueva, pero la falta de espacios la hacía inviable"

Jorge Martínez Fraga. C. CORTE

El biólogo Jorge Martínez Fraga (Arriondas, 1973) asumió en 2015 la dirección del Instituto de Enseñanza Obligatoria El Sueve de Arriondas tras la sonada dimisión de su antecesor en el cargo, Agustín García. Con el apoyo del Ayuntamiento de Parres y la Asociación de madres y padres, acaba de lograr el compromiso de la Consejería de Educación de abrir una línea del bachillerato de ciencia en el centro el próximo curso.

- ¿Cuándo empezó a dar vueltas a la idea de impartir Bachillerato en Arriondas?

-No es una reivindicación nueva, siempre estuvo ahí pero la falta de espacios la hacía inviable.

- ¿La falta de espacio ya no es un problema?

-Bueno, no vamos sobrados, pero una reforma menor en lo que era el salón de actos nos ha permitido ganar dos aulas y donde la cafetería se abrirá un laboratorio. En su día pedimos permiso para hacer una obra más ambiciosa y construir encima de la Piragüera pero Confederación Hidrográfica nos lo echó para atrás por estar el IESO en zona inundable.

- ¿Renuncia a su petición de que se construyan un nuevo instituto desde cero en Arriondas?

-No, porque impartimos clases en lo que fueron instalaciones de la antigua extensión agraria y nos gustaría contar con espacios mejor adaptados a la actividad docente. No obstante, sabemos que va para largo porque la situación económica de las administraciones no es la mejor para afrontar una obra millonaria y aún está pendiente de construcción el nuevo edificio del instituto de Cangas de Onís, después de que el viejo quedara clausurado por deficiencias estructurales.

- ¿Con qué medios tendrá que dotar la Consejería al instituto para que funcione el Bachillerato de Ciencias?

-El primer año con dos o tres aulas es suficiente. La cifra crecería cuando ya haya un segundo curso en marcha. En cuanto al mobiliario, ya teníamos aprobada de antes una dotación para el laboratorio y las nuevas aulas y no se necesitará mucho más.

- ¿Cuántos alumnos se verán beneficiados con esta medida?

-Pendientes de pasar a Bachillerato hay 60 matriculados.

- ¿Y qué pasa con los que no quieran estudiar la rama de Ciencias?

-Pues tendrán que desplazarse a institutos cercanos como el de Cangas de Onís. Nosotros hicimos una consulta y vimos que la rama de Ciencias era la más demandada y también la más conveniente por las características de la plantilla. En el futuro sería deseable poner en marcha también una línea de Humanidades.

- ¿Tienen algún otro proyecto puesto en marcha?

-Estamos en la última fase del contrato-programa que busca que los chavales hagan proyectos que den servicio a la comunidad. En este sentido hay varias iniciativas guapas. Una de ellas es la del departamento de Física y Química, que recicla aceite usado para convertirlo en jabones que serán donadas a asociaciones de apoyo a los refugiados. Tiene un trasfondo filosófico: algo que si tiras por el fregadero es perjudicial se transforma en un bien para ayudar a los más necesitados. Los chavales están muy ilusionados.

- ¿Qué balance hace de estos casi tres años como director?

-El balance es bueno, me gusta más el contacto con los chavales que el trabajo de oficina, pero alguien tiene que hacerlo.

- ¿Siempre tuvo claro que lo suyo era la enseñanza?

-Al principio estuve en el departamento de biología celular de la Universidad de Oviedo, pero al acabar los cursos del doctorado y ver que el ámbito de la investigación estaba tan mal busqué estabilidad con las oposiciones en la enseñanza, y estoy satisfecho.

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